Los inmigrantes latinoamericanos compran una de cada cinco viviendas usadas que se venden en las capitales españolas, lo que los convierte en uno de los principales motores de la demanda de vivienda. Mientras los inmigrantes de otras nacionalidades tienden a concentrarse en un barrio o área geográfica, los latinoamericanos en cambio no se agrupan en áreas cerradas sino que compran en toda el área metropolitana. La clave de las compras para los latinoamericanos ha sido el aumento del número de titulares por hipoteca. Esta estrategia de comprar entre tres o más personas no se da entre los españoles que compran piso para emanciparse o vivir en pareja. La alta tasa de empleo femenino en este colectivo es otro de los factores clave
2 Comentarios:
Claro que compran viviendas, siendo español no tienes ayudas estatales, ni subenciones para la primera vivienda, pero ellos si por ser immigrantes, yo soy gallega y vivo en lanzarote por trabajo dejé a mi familia, mi tierra tambien y no tengo las facilidades que ellos tienen, pero no solo a la hora de una hipoteca, si no para montar un negocio, ellos están exentos del impuesto sobre actividades economicas los primeros 5 años, y subención, y los españoles nos comemos los mocos. Ke tenemos que hacer? inmigrar también será, porque en España somos un cero a la izquierda sobre todos los jovenes, tengo 29 años, trabajando desde los 16, y estudiado al mismo tiempo, una hipoteca de 30 años con la que voy tan justa que ser madre sería un lujo para mí a mi pesar, tengo a mi cargo a mis padres que no tienen pensión ni trabajan pero los jóvenes solo sabemos hacer botellón, no trabajamos y debemos de ser lo peor de este país porque asi nos lo dan a entender. No soy racista, pero no me queda mucho ya.
Toda sociedad se rige por dos tipos de principios: los que rigen la estructura social, y los que guían la acción de los individuos que la componen. Ambos están estrechamente ligados. Si la sociedad alemana, por poner un ejemplo, tiene -todavía- una reputación de sociedad organizada y eficaz es porque los principios que guían la acción individual de los ciudadanos alemanes se orientan hacia el orden y la eficacia. En España, nunca ha habido principios estructuradores de la sociedad como conjunto. En su ausencia, cada individuo ha establecido sus propios principios -por decir algo- que, lógicamente, se orientan hacia el beneficio propio. Esto es lo que falla en España, desde tiempos inmemoriales: en la España que habla español, en la que habla catalán, vasco y cualquier otra lengua. Por otra parte, cualquier intento de estructurar la sociedad desde arriba, para hacerla más eficaz -planes de investigación, leyes de educación- está destinado al fracaso, porque los individuos que componen la sociedad española no están por la labor de participar en ninguna construcción colectiva. Ésta es nuestra realidad, la que refleja nuestra incapacidad histórica por ser un país moderno, que se mueve con los tiempos, y no la vamos a superar a base de ayudas europeas, ni de remedos coyunturales. Es mejor enfrentarse a ella, y reconocerla.
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