Después de un par de años de rápido crecimiento, los promotores chinos se han visto cogidos entre dos fuegos: los esfuerzos gubernamentales para ralentizar el crecimiento económico y la crisis crediticia global. El volumen de transacciones inmobiliarias ha caído considerablemente desde noviembre y, en las dos principales ciudades meridionales chinas, shenzhen y guangzhou, los precios también se han derrumbado. Según los analistas no es nada anormal que los mercados en el sur de China se hayan visto más perjudicados que en el norte: en la región ha habido una mayor compra especulativa y además los compradores en el norte gustan de pagar en efectivo, siendo las hipotecas mucho más comunes en el sur, con lo que el mercado es más vulnerable a las restricciones crediticias y la ralentización del crecimiento. No obstante, la rápida urbanización y una creciente clase media continuarán apuntalando la demanda inmobiliaria.
Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta