Es correcto aplaudir a los bancos españoles por el modo en el que han esquivado los productos tóxicos de derivados crediticios. Sin embargo, están sufriendo para evitar el menguante mercado inmobiliario. Si hay un aterrizaje brusco es probable que las cajas de ahorros sean más vulnerables que los bancos porque geográficamente están menos diversificadas y porque tienen una mayor exposición a los tambaleantes promotores inmobiliarios. Las cajas de ahorros tienen entre un 20% y un 25% de sus carteras de préstamos vinculadas a la construcción y el mercado inmobiliario en comparación con apenas un 15-18% de los bancos de mediano tamaño y simplemente un 8-10% de bbva y santander
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