Hace menos de un año el mercado inmobiliario indio vivía un crecimiento económico sin precedentes. Las empresas solicitaban espacio de oficinas de gran calidad y una creciente camarilla de compradores de clase media con aspiraciones demandaban viviendas de lujo. El sector también había recibido un espaldarazo en 2005 cuando el gobierno simplificó la legislación para la inversión extranjera en el sector inmobiliario. Los promotores se encontraban entre los principales beneficiados del boom económico. No obstante, debido al incremento del precio del petróleo la inflación subió al 12%, lo que ha impulsado al alza los tipos de interés desanimando a los potenciales compradores y ha convertido a las empresas inmobiliarias en las grandes perdedoras de la ralentización económica India
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