Unas 20.000 fincas de Barcelona, situadas principalmente en ciutat vella, gràcia, sants, sant martí y sarrià están afectadas por un censo enfitéutico, una carga de la propiedad establecida en la edad media y que debe redimirse si se quiere vender la propiedad o hacer una hipoteca sobre ella. Los censos, nacidos en el siglo XIII, permitían a los propietarios (censualistas) conservar el dominio de las tierras después de cederlas a cambio de una renta anual que se heredaba de generación en generación hasta 1945 los censualistas conservaban siempre la propiedad. A partir de esta fecha, los censatarios empezaron a tener la posibilidad de redimir el censo que es entre un 2% y un 5% del precio de la venta
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