Aquellos inquilinos con contratos de renta antigua firmados antes del 9 de mayo de 1985, que se negaron en 1995 a la actualización del alquiler se enfrentan en 2003 a la extinción del acuerdo contractual. En esa situación podrían estar unas 96.000 familias en toda España. Estos ciudadanos tendrán que optar por las tres alternativas que les planteen sus respectivos caseros: abandonar el piso, comprarlo o bien renegociar su antiguo alquiler pero a precio de mercado
Esta circustancia se da por la entrada en vigor de la ley de arrendamientos urbanos (lau) en 1995. Los expertos consultados no descartan que la aplicación de esta normativa aumente los procesos de desahucio, ante las reticencias de muchos inquilinos a abandonar el inmueble. Otra de las repercusiones del vencimiento de estos contratos será que estas viviendas no se incorporen de nuevo al mercado de alquiler, dadas sus precarias condiciones de habitabilidad. Los propietarios, presumiblemente, optarán por venderlas sin incurrir en reformas y cobrarse en plusvalías la congelación de renta de todos estos años
Esta circustancia se da por la entrada en vigor de la ley de arrendamientos urbanos (lau) en 1995. Los expertos consultados no descartan que la aplicación de esta normativa aumente los procesos de desahucio, ante las reticencias de muchos inquilinos a abandonar el inmueble. Otra de las repercusiones del vencimiento de estos contratos será que estas viviendas no se incorporen de nuevo al mercado de alquiler, dadas sus precarias condiciones de habitabilidad. Los propietarios, presumiblemente, optarán por venderlas sin incurrir en reformas y cobrarse en plusvalías la congelación de renta de todos estos años
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