La generalitat obligará a bancos y aseguradoras a que la letra de los contratos que entregan a sus clientes sea de un tamaño no inferior a 2,5 milímetros. Se pretende acabar así con los problemas de la letra pequeña, que en ocasiones impide leer parte del contenido del contrato. La medida se empezará a aplicar en septiembre en Cataluña y su incumplimiento dará lugar a sanciones. La orden surge a raíz de una campaña de inspección de créditos al consumo, en la que se descubrieron muchas reclamaciones de este tipo. De hecho, se registraron contratos con una letra de menos de 0,5 milímetros, que sólo se podía leer con lupa o tras aumentar tres veces su tamaño en una fotocopia
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