El concejal de hacienda del ayuntamiento de Madrid, Juan bravo, pretende una pequeña revolución con el impuesto sobre bienes inmuebles (ibi), que pagan los propietarios de 1.800.000 fincas urbanas en Madrid. El objetivo último es vincular el pago del impuesto a la capacidad económica del tenedor de la vivienda. El equipo de trabajo creado en el ayuntamiento de Madrid baraja varias hipótesis. Una de ella pasa por crear tipos de gravamen progresivos en función del valor catastral de la vivienda. Otra propuesta consiste en aplicar bonificaciones según los niveles de renta, de tal forma que las familias de ingresos más bajos pueden ver reducido su recibo de ibi incluso a la mitad. Los colectivos que resultarían más favorecidos son, según Juan bravo, los parados de larga duración y los perceptores de las pensiones más bajas
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