Los tiempos han cambiado y si el año pasado un particular tardaba entre tres y cuatro meses en vender su casa, hoy el plazo se ha ampliado hasta ocho meses, aumentando significativamente el número de visitas necesarias de posibles compradores para conseguir vender la vivienda. También el vendedor ha recortado sus perspectivas económicas: cerca de un 20% de quienes anuncian su casa acaban rebajando el precio final, habitualmente entre 6.000 y 12.000 euros. Además ha aumentado la capacidad de negociación, que antes era escasa, del 5% o 10% del valor, pero que actualmente puede alcanzar hasta el 20%. Como en el pasado ejercicio, cuando el mercado de vivienda usada empezó a dar señales de desaceleración con un 20% de ventas menos, para 2005 el responsable del colegio de agentes de la propiedad inmobiliaria de Madrid, Jaime cabrero opina que las ventas se van a recortar otro 20% o 25%. "No eran normales los ritmos de venta de los últimos años" asegura cabrero. Pero que desciendan las operaciones cerradas no quiere decir que el coste de la vivienda se pare o baje. Se prevé que los pisos usados se encarezcan cerca del 10% durante este ejercicio
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