Ni los precios récord que alcanza la vivienda en Barcelona, ni la precariedad laboral que afecta a muchos jóvenes han podido frenar el imparable ascenso del número de hogares ocupados por una sola persona en la ciudad. Por primera vez la cifra de hogares unipersonales (185.272 en 2005) está a punto de superar a la de las viviendas ocupadas por dos personas, que el año pasado sumaban 186.691. De seguir este ritmo de crecimiento los pisos habitados por un solo individuo se convertirán este año en el principal modelo de vida de Barcelona. Esta tendencia, según los sociólogos consultados, se nutre especialmente de la población más joven que se independiza sin vivir en pareja y por el incremento de población de más edad, al aumentar la esperanza de vida
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