El esfuerzo financiero necesario para afrontar la compra de una vivienda nueva se situó en el 48,2% de la renta familiar media bruta a cierre del primer semestre del año, casi tres puntos porcentuales por encima del registrado a finales de 2001, según un estudio elaborado por la inmobiliaria bami que cita datos del instituto nacional de estadística (ine), el ministerio de fomento y el banco de España esta tasa es 15,2 puntos porcentuales superior al 33% considerado como límite óptimo para asegurar el pago del crédito hipotecario. La inmobiliaria considera que cuando una familia debe destinar más de la tercera parte de sus ingresos al pago de la cuota del préstamo hipotecario, existe un serio riesgo de impago
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