Durante el reciente derrumbamiento del mercado norteamericano la atención ha estado fijada en aquellos propietarios que no pueden hacer frente a sus hipotecas o están en serio peligro de perder sus casas, pero el mayor efecto en la economía puede venir de un grupo mucho más amplio de propietarios que ya no pueden contar con el valor de sus propiedades para mantener su riqueza. Con la devaluación de los activos inmobiliarios, durante la primera mitad de este año, las retiradas de efectivo a través de préstamos para el hogar o refinanciación de hipotecas han disminuido un 15% a escala nacional comparado con el promedio durante los tres años pasados, y el consumo apoyado por tales fondos se sumergió casi un cuarto, según un estudio del ex presidente de la reserva federal alan greenspan y el economista james kennedy
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