Medio año después de que el gobierno creara una nueva figura societaria con beneficios fiscales para incentivar a las empresas a que construyan viviendas de alquiler, el ejecutivo se ha encontrado con el frontal rechazo de sus potenciales beneficiarios. Las empresas opinan que hay demasiadas trabas técnicas que hacen "inviable" la rentabilidad del negocio. Para acogerse a las rebajas fiscales (un 85% de deducción en la cuota del impuesto de sociedades por las rentas derivadas del alquiler o por la venta del inmueble), economía impuso una serie de condiciones: la obligación de incluir la opción de compra para al menos un tercio de las viviendas arrendadas y obligar a la compañía creada a adquirir en propiedad los inmuebles explotados a precio de mercado. Las empresas opinan que la opción de compra provoca "una complicación en la gestión de los inmuebles y desanimará a los fondos de inversión"
La ley además no permite que la misma sociedad que ha promovido la construcción del inmueble pueda posteriormente explotarlo en alquiler. "Se parte de la ficción de que una promotora inmobiliaria es diferente a una sociedad arrendadora, obligando a las primeras a desdoblar su actividad con el consiguiente recargo en la tributación una plusvalía artificial por el traspaso del inmueble", señala Pedro gamero, presidente de la patronal asipa
La ley además no permite que la misma sociedad que ha promovido la construcción del inmueble pueda posteriormente explotarlo en alquiler. "Se parte de la ficción de que una promotora inmobiliaria es diferente a una sociedad arrendadora, obligando a las primeras a desdoblar su actividad con el consiguiente recargo en la tributación una plusvalía artificial por el traspaso del inmueble", señala Pedro gamero, presidente de la patronal asipa
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