"Año de elecciones. Año de paralizaciones". Así reza el eslogan que involuntariamente preside la actividad urbanística de Madrid a poco más de tres meses de los comicios municipales y autonómicos. Si a esta ecuación se le suman las variables de una ley del suelo regional aplazada sine die y los astronómicos precios que han alcanzado los cada vez menos abundantes terrenos disponibles, el resultado es que quien no haya sido previsor puede pasar por una fase de carestía. "El mercado de suelo está absolutamente paralizado", asegura Rafael gil, secretario de detinsa. "La mayoría de promotoras con cierta entidad tendrá que recurrir necesariamente a sus bolsas", añade. Juan Sánchez, consejero delegado de gestesa, asegura que "las promotoras con una abultada reserva de suelo conseguirán un recorrido superior en sus márgenes de venta, mientras que las compañías que se están viendo obligadas a comprar suelo casi finalista a precios muy elevados tendrán relativas dificultades en el desarrollo de su actividad promotora y obtendrán márgenes reducidos"
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