En los últimos cinco años el cambio de uso de más de sesenta edificios de oficinas del centro de Barcelona ha trasformado el paisaje de los principales ejes del eixample: donde antes había sedes bancarias y grandes empresas han aparecido hoteles y viviendas de lujo. Sin embargo esta tendencia toca a su fin: en el primer semestre del año sólo han cambiado de uso dos inmuebles, según los datos de la consultora cushman & wakefield, frente a los diez de media que cambiaban cada año entre 2002 y 2005. A su juicio, "el incremento del precio de las oficinas y la ralentización de la demanda de vivienda han disminuido el diferencial de precios que existía en los últimos años entre ambos productos y ha desalentado a los inversores que pensaban en comprar inmuebles con vistas a transformar su uso"
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