Ganar más de 15.000 euros en un año no es rentabilidad que ofrezcan muchas inversiones, más bien casi ninguna, excepto la vivienda como han podido comprobar muchos españoles el año pasado cuando la vivienda subió un 17,5%, según el ministerio de vivienda. Pero de cara al nuevo ejercicio las perspectivas no son nada halagüeñas. El pronóstico de una subida inferior a dos dígitos del precio de las casas augura una plusvalía de menos de 2.000 euros para una casa de 100 metros al precio medio que se calcula para este año, según datos oficiales. Los pelotazos inmobiliarios tocan a su fin y los inversores particulares más avezados han optado por abandonar el ladrillo. Otros más optimistas han seguido comprando pero se están encontrando con dificultades para vender el inmueble ya que los ritmos de venta son más lentos, así que es probable que tengan que vender con escaso margen de beneficio o incluso con pérdidas, sobre todo si se descuentan los gastos derivados de la compraventa (un 8% en el caso de vivienda nueva en concepto de iva y gastos registrales y de notario). Para jose Manuel galindo, secretario general de los promotores inmobiliarios de Madrid, la salida de estos vendedores del mercado no representa un problema. "Nosotros no contamos con ese tipo de compradores, sino con demanda de necesidad", explica. Guillermo chicote, presidente de la asociación de promotores constructores de España, añade que "la compra de vivienda como inversión se da fundamentalmente en Madrid. No es habitual en todos los mercados"
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