Los precios de los inmuebles se han duplicado en los ochos países de la antigua órbita comunista que se unieron a la unión europea en 2004. La principal razón de este incremento son los compradores europeos occidentales. Esta situación causa malestar no sólo en los ciudadanos de estos países, que ya no pueden permitirse viviendas tan caras, sino también en algunos inversores que avisan de que se trata de una burbuja inmobiliaria. La pertenencia a la ue ha animado el crecimiento económico de los antiguos países comunistas, pero los salarios siguen siendo inferiores a los de Europa occidental. Esta subida espectacular se ve, por ejemplo, en algunos barrios del centro de la ciudad de riga, donde los precios se han cuadriplicado. La mayoría de los compradores en Europa del este proceden de gran bretaña e Irlanda. En budapest una vivienda de tres habitaciones cuesta por término medio 80.347 euros, casi tres veces más que hace siete años, pero para los británicos estos siguen siendo baratos. Ahora españoles, holandeses e italianos están desembarcando en estos países para adquirir viviendas
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