Según los registros de la xunta de Galicia ninguna ciudad ni pueblo costero de la comunidad ha adaptado sus planes a las exigencias de la llamada lei do solo, la ley del suelo gallega. Y hay casos tan importantes como los municipios de vigo, Pontevedra o La Coruña. Tan solo pobra do caramiñal cuenta con una aprobación pero es parcial y aún no ha sido ratificada. La normativa fue aprobada en 2002 y establece un plazo máximo a los ayuntamientos de 2 años para su adaptación. Uno de los objetivos en el litoral era que nadie pudiera construir a menos de 200 metros de la costa. El problema es que nadie lo cumplió y antes las dificultades para su aplicación la nueva xunta ha decidido endurecer la legislación. Ahora se eleva a 500 metros del mar la distancia donde se puede edificar para todos los municipios que no hubieran adaptado su plan general
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