El boom inmobiliario vivido en España en la última década ha propiciado la concentración en un número reducido de empresarios de grandes bolsas de terrenos para urbanizar. Éste es uno de los fenómenos que la ministra de vivienda, María Antonia trujillo ha denunciado y que pretende combatir con la nueva ley del suelo que entrará en vigor el próximo 1 de julio. A modo de ejemplo, trujillo resaltó que casi 11 millones de metros cuadrados de suelo en Madrid y su área metropolitana están en manos del mismo propietario. Algo similar sucede en Alicante y su área de influencia, dónde más de cinco millones de metros cuadrados de terrenos vacantes están en manos del mismo terrateniente. Estos dos magnates inmobiliarios aglutinan 16 millones de metros cuadrados. Los nombres de los amos de estos grandes patrimonios de suelo son una incógnita. Trujillo eludió descubrir sus nombres ateniéndose a ley de protección de datos pero, en el caso de Madrid, el mercado siempre ha especulado que Fernando Martín -ahora presidente de la inmobiliaria fadesa- y el bbva aglutinaban las mayores bolsas de suelo de la capital. La inmobiliaria nozar, según fuentes del sector, también podría situarse a la cabeza del ranking de los mayores tenedores de terrenos en la comunidad
2 Comentarios:
La situación a la que ha llegado la vivienda se explica por ser un país pobre, lleno de pillos y ladrones. Un país de siervos, y no de ciudadanos conscientes de sus derechos. Un país que a falta de tecnología recurre a la venta de lo único que tiene -su suelo- para poder seguir generando dinero. Un país sin ningún sentido de lo colectivo, donde rige la ley de tonto el último. Un país de imbéciles que creen que salvándose ellos ya está todo arreglado. Un país de granujas, que no respetan al prójimo e intentan aprovecharse en cualquier circunstancia. Un país donde los políticos se dedican a defender los privilegios de los lobbies que los financian, sean a nivel estatal o regional. Un país donde los políticos aspiran a tener poder para compensar sus carencias vitales e intelectuales, en lugar de trabajar por el bien común. Todo junto, porque todo está conectado, explica la situación de la vivienda: una auténtica vergüenza para todos, una canallada de unas generaciones a otras, un suicidio económico que no conducirá a nada, una injusticia social irreperable, una demostración de la miseria moral e intelectual de nuestras "élites" políticas y económicas, repletas de listos y de incompetentes.
Pregunten a la casa de alba cuantos miles de hectareas posee en toda España
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