Hay distintas alternativas a residir en un piso y alguna de ellas no está en tierra firme, sino en el mar. El alto precio de la vivienda ha animado a mucha gente a vivir en una embarcación. En los últimos años, el port vell de Barcelona ha visto incrementarse significativamente el número de personas que se instalan permanentemente, hasta los 150, y van a llegar más: hay ya más de un centenar de embarcaciones que aguardan en lista de espera para encontrar un lugar donde ubicarse. Y es que un barco de 11 metros puede costar 70.000 euros y se pagarían 350 euros mensuales por el amarre. De todas maneras, el capitán de puerto de Marina - port vell, Sergio aranda, explica que "esta situación está bloqueando los puertos catalanes, cuyas instalaciones no están preparadas para acoger a tanta gente y de ahí las listas de espera. Estamos teniendo problemas porque la instalación tiene una utilización no prevista y se nota en el consumo del agua y en el suministro de luz"
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