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Exterior de Azalea, una casa eficiente y sostenible
Exterior de la casa eficiente idealista/news

Durante la primera quincena del mes de julio la localidad húngara de Szentendre acogerá una nueva edición europea de la competición Solar Decathlon, en la que 11 equipos seleccionados entre universidades de todo el mundo competirán por levantar la vivienda más eficiente y sostenible.

En esta carrera por alzarse con el primer premio participarán además de universitarios de Reino Unido, Rumanía, Hungría, Holanda, Dinamarca, Bélgica, Francia, Estados Unidos, Tailandia… tres equipos españoles liderados por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y la Universidad de Sevilla.

Por primera vez la UPV ha sido seleccionada para competir en esta edición, y después de dos años de desarrollo y construcción en la propia universidad, un equipo multidisciplinar formado por 45 estudiantes tendrá que montar a contrarreloj la casa Azalea, como se llama el proyecto, en Hungría. 

Esta vivienda emula a una barraca típica valenciana. “Cuando vimos que una de las tipologías que proponía el concurso era dar una segunda vida a la casa típica de la región no dudamos ni un instante en que era una oportunidad única para hacer posible un gran cambio. Con el aumento de la vida en la cuidad, la barraca valenciana ha caído en el desuso y poco a poco en el olvido”, relata Carmen Mullor, responsable de Comunicación del proyecto Azalea.

De esta manera, este equipo propone una nueva versión de la barraca valenciana que mantiene lo mejor de la original pero que, además, incluye todas las tecnologías necesarias para poder vivir cómodamente hoy en día.

Para una mejor coordinación, este grupo de trabajo universitario está a su vez dividido en varias áreas independientes (arquitectura, identidad corporativa, energías, electrónica, gestión de aguas, responsabilidad social, gestión…) encargadas de desarrollar y aplicar las mejores soluciones. “Además”, explica Ana Martínez, responsable de Arquitectura del proyecto, “todo el equipo forma parte de la construcción de la barraca que también está coordinada por los jefes de equipo de construcción que supervisarán las tareas a realizar cada día”.

Aunque los principales materiales utilizados tradicionalmente para la barraca eran el barro, la caña y la paja, por las circunstancias del proyecto se han escogido otros que, por un lado, mantienen la esencia de la vivienda típica valenciana y, por otro, permitirán la prefabricación de la misma así como un diseño más actual e innovador.

En este sentido, se utilizará el corcho reciclado como aislante natural (térmico y acústico) y se priorizará el uso de materiales autóctonos de Valencia, como la cerámica. Los materiales húmedos como el adobe, tradicionalmente utilizados para levantar las barracas, serán en cambio sustituidos por los secos como la madera, y en lugar de la caña se usará el LOP, un material hecho a base de plástico reciclado mezclado con fibras naturales.

Entre otras acciones, “el equipo ha llevado a cabo una campaña de recogida de tapones de corcho que, una vez triturados, se han incluido en el interior de las paredes. De esta forma, se ha hecho partícipe a la ciudadanía del proyecto y se ha reciclado un material que iba a ser desechado”, comenta Carmen Mullor.

Según sus promotores, Azalea es completamente sostenible, destacando desde la producción energética mediante placas solares hasta huertos que suministran alimento de temporada.

Sin embargo, no puede obviarse que este concurso internacional también tiene en cuenta la capacidad de la casa para solucionar no sólo problemas del presente sino del futuro. Para ello es muy importante innovar en la aplicación de sistemas. Así, proyecto Azalea tendrá, entre otras innovaciones tecnológicas, un sistema que recircula el agua hasta que la temperatura es la adecuada o la incorporación de lamas motorizadas en la fachada sur que se regulan automáticamente en función de la orientación solar.

“La vivienda también contará con ventanas automatizadas que se abrirán y cerrarán dependiendo de la temperatura interior y exterior, elementos que desempeñarán un papel clave en la ventilación diurna y nocturna natural del edificio, consiguiendo un enfriamiento pasivo”, destaca Martínez.

Otra innovación interesante es el uso de un material llamado MPCM que, integrado en algunas piezas de mobiliario de la casa, como la mesa del comedor o la balda de la televisión, actúa de retenedor o difusor de calor según la necesidad de la vivienda.

En Azalea nada queda a la improvisación: “Cada decisión que hemos tomado en el diseño y la construcción de la casa han partido de una investigación y estudio previo”, remarca Mullor. En el tema energético han trabajado con diferentes certificados como BREEAM, VERDE o Passivhaus para asegurar valores sostenibles a través de la aplicación de metodologías de evaluación reconocidas internacionalmente. Por ejemplo, los componentes del equipo han sido formado técnicamente en los criterios de la metodología BREEAM y orientados en la aplicación de los requisitos de este certificado durante el proceso constructivo. 

Sin duda, Solar Decathlon Europea es una de las grandes citas internacionales que ponen en valor la innovación en la construcción con el desarrollado de grandes ideas. Tras su celebración, muchas de las casas volverán a las universidades de origen para, en algunos casos, reconvertirse en centros de investigación y educación para los estudios. Y es que Solar Decathlon es más que una competición; “es una experiencia de aprendizaje intensivo que tiene como principal objetivo educar al público sobre los beneficios, la asequibilidad y la disponibilidad de soluciones de energía limpia”, concluye Ana Martínez, responsable de Arquitectura del proyecto Azalea.

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