Probablemente, las siluetas de las pirámides recortadas sobre el fondo azul del cielo es una de las imágenes más vistas por todo el mundo. Y no hablamos solo de las pirámides de Egipto, ya que esta forma de construcción trascendió, ya en los tiempos más remotos, aquella zona del norte de África. No en vano, podemos encontrarlos en muchas regiones de Asia y América. También, incluso, en Europa, como la pirámide de Cestia en Roma o la icónica, y también más moderna -fue inaugurada en 1988-, construcción piramidal que se ubica en el centro del parisino Museo del Louvre.
Con estos antecedentes, no es de extrañar que estas construcciones hayan servido de fuente de inspiración para artistas de todas las disciplinas. Por supuesto, en el sector de la arquitectura, como demuestran muchísimos proyectos que, de alguna forma u otra, incorporan pirámides. Y como ejemplo de ello, tenemos Lilla Lane, una bonita vivienda diseñada por el estudio neoyorquino Oza Sabbeth Architects y construida por Modern Green Home, que consta de diversos volúmenes conectados entre sí.
“Los clientes, una pareja joven que buscaba diseñar un retiro que pudiera albergar amigos y estar listo para una familia algún día, tenían un deseo: hacer que su tiempo aquí se relacione positivamente con el entorno exterior”, explican desde el estudio. Un reto que, reconocen, no iba a ser fácil superar. “Acorralado por los vecinos, lograrlo no fue fácil”.
No obstante, a juzgar por la imágenes lo consiguieron. “Esto nos lanzó a un camino de colocación de formas, guiándonos a trabajar más con los espacios intermedios”. Por ese motivo, la casa consta de varios volúmenes colocados alrededor de una serie de espacios al aire libre, incluido un patio central cubierto por una pérgola y una piscina contigua.
Desde el exterior, destacan las tejas de cedro y, cómo no, uno de sus elementos más características: los techos asimétricos en forma de pirámide que le dan su particular forma. El proyecto está ubicado en un espacio frondoso de estilo suburbano en East Hampton, Long Island. Fue diseñado para una pareja sin hijos que quería un hogar con una fuerte conexión entre el interior y el exterior y mucho espacio para el entretenimiento.
Dentro de la casa, con sus 279 m2 el diseño se percibe como claro y fluido. Un volumen central abarca una cocina de concepto abierto, un comedor y una sala de estar. Adyacente a esa zona se encuentra el dormitorio principal en suite. Un pasillo acristalado conecta con un ala privada, donde se encuentran tres dormitorios, cada uno con su propio baño. Un tercer volumen contiene un garaje. Los acabados terrosos, los techos altos y los amplios cristales ayudan a crear una sensación de tranquilidad.
Ciertas áreas fueron diseñadas con la flexibilidad en mente. Por ejemplo, la cocina, creada en colaboración con Henrybuilt, está diseñada para adaptarse a una variedad de usos, desde celebrar cócteles hasta preparar cenas íntimas para dos. Los espacios exteriores actúan como agente unificador. Los terrenos fueron diseñados con el estudio local Geoffrey Nimmer Landscapes.
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