Las tendencias en interiorismo tienden cada vez más hacia el diseño de espacios vividos, personales, donde nos sintamos a gusto, felices y bien. No hay duda de que ese es uno de los motivos por los que ya no están tan de moda los ambientes minimalistas, de los que hemos oído poco en los dos últimos años, sino que preferimos otros que nos sirven de refugio, que enseñan algo de quiénes somos, en los que se ven nuestros objetos y que, incluso, son un pelín caóticos. Ojo, no se trata de desorden, sino de decoraciones con personalidad y en las que, lejos de sentirnos incómodos, somos felices.
En resumen, no te obsesiones con las tendencias y déjate llevar un poco. Aristóteles decía que el fin último de la existencia humana es la felicidad. Quizá estos consejos te ayuden a disfrutar más de tu hogar.
Sobre todo, olvídate de las tendencias
Los interiores más interesantes son los más difíciles de definir. A menudo, carecen de un estilo concreto. No son minimalistas; tampoco clásicos ni Mid-century. Esos interiores que te arrancan una sonrisa suelen ser una amalgama de estilos. Tienen el punto caótico al que nos referíamos antes. Por eso, deja de lado las tendencias (los mejores interioristas lo hacen). A veces, uno se obsesiona con algo y, cuando lo ve en su casa, no es lo que esperaba.
Elige colores que te hagan feliz
El color es fundamental en la decoración de tu hogar. Según qué tonos y combinaciones elijas, el espacio parecerá uno u otro. Escoge colores que te hagan sentir a gusto cuando llegas a casa. Los cálidos y terrosos son siempre un acierto en dormitorios; también grises o azules más oscuros. Quizá, una buena idea sea optar por un color que se ajuste a tu personalidad. Si, por ejemplo, tienes un carácter extrovertido, un tono verde puede ser la mejor opción. Si no, recurre siempre a los tonos beige y blancos para dar forma a interiores más neutros, que, luego, puedes personalizar a tu gusto. Por cierto, ¿habías pensado en pintar los rodapiés o el interior de las carpinterías de las ventanas de algún color que te guste?
Encuentra en cada habitación de casa un rincón para aportar un poco de tu personalidad
En el salón no es complicado hacerlo, tampoco en el dormitorio, pero esfuérzate y dale algo de tu personalidad también al baño o la cocina. Sí, sabemos que no es particularmente sencillo, pero puedes usar las estanterías para colocar algún accesorio que te guste o apoyar unas láminas (en mi caso, tengo en el baño unas sencillas láminas de algunos lugares icónicos a los que he llegado en bicicleta). En resumen, crea rincones personales que te traigan buenos recuerdos.
Diseña espacios semiprivados que sirvan de nexo entre las zonas más públicas y privadas de la casa
Con esto, nos referimos a zonas de casa donde puedas sentarte a leer o charlar un rato en familia; a poder ser alejado de la televisión y el móvil. Si tienes un jardín o un pequeño patio, ya tienes ese espacio semiprivado al que nos referimos. También puede serlo una terraza que hayas incorporado a casa o un office que sirva de transición entre la cocina y el comedor. La idea aquí es crear rincones en los que encontrarse con uno mismo (y con los demás).
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