La Casa de Su Majestad el Rey hace público, por primera vez, desde 1979 el desglose de su presupuesto de Gastos. En el 2011 la cantidad fijada en los Presupuestos Generales del Estado asciende a 8.434.280 euros
Su Majestad el Rey percibe del presupuesto global de la Casa 292.752 euros anuales, en concepto de dotación y gastos de representación
Su Alteza Real el príncipe de Asturias percibe la mitad de dicha cantidad (146.375,50 euros)
Su Majestad la Reina, Su Alteza Real la Princesa de Asturias, y las Infantas Doña Elena y Doña Cristina no tienen asignación fija. Únicamente se les asignan gastos de representación en proporción y cuantía variable cada año. El conjunto de esta partida, en el 2011, no podrá superar los 375.000 euros
Todos los miembros de la Familia Real están sujetos al pago de todos los impuestos y se les practican las correspondientes retenciones
• El conjunto de la dotación y gastos de la Familia Real supone el 9,65% del total del Presupuesto de la Casa
• El capítulo mayor del gasto corresponde a PERSONAL, 47,89% del total
• La partida de GASTOS CORRIENTES en bienes y servicios asciende al 38,83%
La Casa de Su Majestad el Rey elabora sus cuentas bajo criterios de austeridad, eficacia y complementariedad con los servicios prestados por otros departamentos de la Administración
La Casa de S.M. El Rey aplica al personal directivo un criterio equivalente al resto de la Administración. Aplicando incrementos, reducciones o congelación salarial que en cada momento se determinen, con carácter general
Según establece la Constitución –al igual que otras Instituciones como Congreso y Senado- y como también ocurre en otros países de la Unión Europea, la asignación destinada a la Jefatura del Estado no está sometida al Tribunal de Cuentas
En todo caso, la voluntad de rigor y transparencia implantada por S.M. El Rey en el funcionamiento de la Casa inspiró la creación del cargo de Interventor de Hacienda en la Casa, que controla y contabiliza de acuerdo a criterios y técnica presupuestaria de la Administración del Estado
18 Comentarios:
Ellos mandan hoy... por que tu obedeces!!
Que vergüenza!!!! viva la sopa boba!!!
A ver si te crees que si tuvieramos republica el presidente de turno (un bono, o similar) nos costaria menos que los 8 millones que cuesta la casa del rey.
Para los desmemoriados les recordare que el ultimo presidente Sr. azaña se instalo en el palacio real de la plaza de oriente para vivir como un rey.
Y para colmo lo del yerno, esto no lo defiende ni mi compañera de al lado....
¡Ah claro! Por eso el yerno se ha buscado la vida por su cuenta y el bueno del suegro lo ha tapado durante 5 años y lo ha recomendao en telefónica new york.
Ahí estamos ayudando a la familia de una u otra forma
No tengo patria ni rey
Los siervos si lo tienen
Por aca parece que no pasaron los recortes, toda esta gente que vive del cuento, que aporta al pais para recibir todo este dinero !!!! que verguenza ......
Por aca parece que no pasaron los recortes, toda esta gente que vive del cuento, que aporta al pais para recibir todo este dinero !!!! que verguenza ......
La monarquía es barata, 10 millones de euros. Jefe del estado habría de todos modos y costaría también dinero.
La cuetión o una de las que el rey tendría que explicar es la de sus amistades peligrosas:
- Los albertos, uno compañero de cacerías de Juan Carlos, salvados in extremis por el patético tribunal constitucional con una doctrina hecha a medida para la prescripción.
Los albertos, esos estafadores, según hechos probados de las sentencias penales.
- Diego prado y colón de carvajal, conocido como el testaferro del rey, condenado en sentencia penal firme por apropiación indebida en uno de los asuntos de kio, concretamente la investigación por el destino de una comisión elevadísima que los Kuwaitíes pagaron a cambio de que España apoyase o participase o acogiese la logística americana en España de la primera guerra del golfo, año 91, cuando sadam hussein invadió Kuwait. La comisión se pagó, algo falló, los Kuwaitíes se mosqueron y al final el testaferro, hecho probado, que se había quedado con parte del dinero. Evidencias de que Javier de la rosa jugó esta baza en su defensa. Prado fue condenado pero a los dos meses, tercer grado.
El rey es inviolable (dígase más bien que hipotéticas conductas suyas quedarían impunes). Diego prado no lo era pero a los otros setenta mil que están en prisión ya les gustaría recibir un trato tan atento de la dirección general de instituciones penitenciarias.
Amistades peligrosas.
En general pasa un poco como con franco y familia, comparación de patrimonios entre el momento que acceden al poder, y el momento en que lo abandonan.
Dicen que el rey en 1978 no tenía casi nada.
Pero pragmáticamente, en balance de costes y beneficios, siguiendo las hipótesis, habría que determinar si con todo nos ha merecido la pena o no.
Otro factor es que con el tiempo las cosas se degradan, la gente se cansa y los tabúes se resquebrajan.
Finalmente, quizá quepa decir, otro vendrá que bueno lo hará.
España, bienvenida a la madurez -y cierto desencanto- democráticos. Tampoco existen los paraísos institucionales.
Ojo al elogio de la transparencia
Transparencia y claridad
Dos sustantivos con connotaciones positivas. Y sin embargo, no sé por qué a mí me mosquean. Se han convertido en una exigencia moral y aunque lo que haya detrás de la trasparencia sea del todo inmoral ya que más da. Lo importante es la trasparencia. Todo son loas a los ejercicios de trasparencia. Y lo de menos son los millones que se dejan al descubierto. El ejercicio deslumbra y los millones ni se ven.
También me pasa con austeridad. Austeridad en boca de muchos me suena a tongo. Cuando alguien habla de su conciencia de la necesidad de austeridad y está dispuesto a rebajarse, por ejemplo, medio millón o un millón y medio de euros en su presupuesto, y ese gesto se convierte en algo loable. Y a mí me huele a gato encerrado.
Toda esta utilización de términos tan sobrevalorados ahora, me escaman. Nos seducen y nos impiden ver la raíz, el fondo del asunto. Si alguien hace gala de su trasparencia, me huele a que tiene algo que esconder y si alguien hace elogios de la austeridad, me huele a que ha cometido despilfarros sostenidos. La trasparencia y la austeridad, para ser valores, necesitan ejercerse, sin pretender usarlos para dar lecciones a los que siempre han vivido en la austeridad y han sido trasparentes, sin hacer gala de ello.
Trasparencia, claridad, austeridad, son las palabras más usadas en los últimos meses en la prensa y entre los políticos. Tres palabras viciadas que habrá que recuperar, cuando dejen de manosearlas, como ya nos pasó con otras como “compromiso”.
Cuando además, al mismos tiempo, la clase que más dinero público se embolsa decide congelar a los de a pie el salario mínimo interprofesional.
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