
El frotar se va a acabar, lo has oído infinidad de veces en anuncios publicitarios. Pues esta vez no es un anuncio sino un compendio de consejos útiles para acabar de una vez por todas, con la grasa en la cocina.
Arranquemos con los azulejos de las paredes. Lo mejor para limpiar estas superficies es el amoníaco, por mucho que su olor te eche para atrás: pon unas gotas en una bayeta humedecida con agua y verás qué limpias te quedan las paredes. Para las juntas de los azulejos, ahí va una recomendación infalible: pulveriza en ellas una mezcla formada por 50 ml de agua y la misma cantidad de amoniaco y de alcohol de quemar.
Horno reluciente. Le das vida pero claro, el horno se ensucia y menuda pereza da limpiarlo, ¿verdad? Hasta hoy: lo recomendable es, justo después de usarlo, cuando aún está caliente, pero no quemando, pulverizar las paredes con agua y vinagre. Espera un rato y aclara. Y lo mismo para la bandeja: cuando aún esté caliente, ponle agua hirviendo con un chorro de lavavajillas, espera un poco y limpia. Para el cristal del horno, haz una pasta de bicarbonato y agua y aplícala. Deja que actúe unos 15 minutos, y después, limpia con bayeta humedecida.
Útiles de cocina: las tablas, las cucharas… Vamos con estos utensilios que tan útiles resultan. Si son de madera (aunque sea un material mucho más cálido que el plástico te recomendamos que las tablas sean de éste último porque la madera es porosa y es menos higiénico), mételos en un recipiente con agua y zumo de limón. Después, enjuaga. Si son de plástico, puedes dejarlos en un rato en agua con vinagre blanco. Después, enjuaga. Si son de silicona, puedes limpiarlos sumergiéndolos brevemente en agua hirviendo.
Encimera resplandeciente. En este caso la limpieza dependerá del material de tu encimera. Por ejemplo, si es de cuarzo, como es un material no poroso te recomendamos limpiarla simplemente con agua y jabón. Si es de granito o de mármol, no utilices ni vinagre ni limón. Pasa una bayeta de microfibra humedecida con jabón.
Cocina de gas. La vitro es muy estética pero en cuanto a rapidez a la hora de cocinar, nada como el gas, aunque resulte un engorro limpiar los quemadores. Si sigues teniendo este tipo de cocina (y no quieres cambiar), ahí van unos consejos para limpiarlos: déjalos en el fregadero con agua muy caliente y una pastilla de lavavajillas. Deja unos cinco minutos y aclara bien. Si están realmente sucios, puedes dejarlos toda la noche metidos en una bolsa de zip en la que hayas vertido 3 cucharadas de amoniaco.
Vitrocerámica. Para limpiar la grasa, espera que enfríe. Quítala con un papel absorbente y luego aplica una bayeta con limpiador específico para esta superficie, no hagas experimentos porque te arriesgas a rayarla.
Electrodomésticos. La campana, el frigorífico, el microondas… si son de acero, el limpiacristales va perfecto: unas gotas en una bayeta de microfibra y quedarán perfectos. Para la campana, una solución que ayuda es poner una olla con agua con bicarbonato (4 cucharadas) a hervir. Cuando empiece a hervir pon el extractor para que los vapores ayuden a reblandecer la grasa.
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