Desde que en 1973 se terminase la construcción de la Torre Montparnasse, de 210 metros de altura, ningún otro edificio alto había rozado el cielo de París.
Michael Green, un arquitecto de Canadá, quiere revivir el sueño infantil de tener una casa de madera en lo alto de un árbol y adaptarlo a la gran ciudad. Los rascacielos del futuro no van a ser ni acuáticos, ni subterráneos ni de hormigón: la madera será el principal material.
Durante casi 4.000 años la pirámide de Guiza fue la construcción levantada por el ser humano más alta del planeta. Ahora un nuevo proyecto planea que el próximo techo inmobiliario del país de los faraones sea de nuevo una pirámide… un rascacielos con forma de pirámide: la Zayed Crystal Spark’ será una torre de 200 metros y 49 plantas.
El mundo está viviendo un ‘boom’ de rascacielos. El año pasado se completó un número récord de 97 edificios de más de 200 metros de altura en 54 ciudades de 19 países, según los datos del Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano (CTBUH).
Más de 12.000 millones de inversión para convertir Moscú en el centro mundial de los negocios, pasando por encima del World Trade Center de Nueva York o la ‘City’ londinense. Ese fue el ambicioso plan que el Gobierno del Kremlin inició en 1992, cuando se concibió el proyecto para crear el International Business Center de la capital rusa.
El miércoles 19 de septiembre de 2012 abrió sus puertas al público el hotel renaissance Barcelona fira, el último rascacielos inaugurado en España. Desde entonces la nada.
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