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Manuel G. (el caso es real pero el nombre supuesto), tenía 40 años y trabajaba en una empresa de Madrid. Casado con una mujer de su misma edad, tenía dos hijos pequeños de 10 y 8 años. Habían empezado a comprar cinco años atrás un piso por el cual abonaban 1.000 euros al mes. Ella trabajaba en una compañía de seguros, y con ambos sueldos podían hacer frente fácilmente a los gastos de la casa y de la comunidad. Manuel sufrió un accidente de coche y falleció.

Para cualquier familia de sus condiciones, enfrentarse a un pago mensual de más de 1.000 euros habría sido un golpe económico. Quizá habría tenido que abandonar el piso, recurrir a la dación en pago o hasta ser desahuciada por el banco. Sin embargo, la compañía de seguros cargó con todos los gastos. Abonó el coste de la hipoteca.

Además, ahora que el hijo mayor ha entrado a estudiar en la universidad, podrán pagarse todos los gastos. Y todo porque la mujer le convenció a Manuel cuando se casaron de que ambos se hicieran un seguro de vida.

Sin lugar a dudas, de todos los seguros que hay en el mercado, el de vida es uno de los más desconocidos y más útiles. Aunque no es muy popular en España, es el mejor antídoto para afrontar el fallecimiento de una persona, y que no suponga un colapso económico para la familia.

Los jóvenes matrimonios, cuando se embarcan en la aventura de comprar un piso, contratan el seguro del hogar que además de resultar barato, les quita la preocupación de afrontar un gasto insólito como rotura de cañerías, robos, desperfectos, incluso en incendio.

Pero la posibilidad de que uno de los dos sufra un accidente mortal  o una enfermedad letal nunca entra en los cálculos. Y un seguro de vida cuesta casi lo mismo que un seguro del hogar cuando uno es joven.

Un seguro de vida proporciona a la familia un capital que le permite cubrir los gastos fundamentales, de modo que pueden mantener su calidad de vida sin problemas. Además, una de las ventajas es que es muy barato cuando uno es joven, y es en esa edad cuando es más útil. A final de la vida, cuando uno ya ha pagado su casa y suele tener ahorros, el seguro de vida es mucho más caro.

¿Y cuánto cuesta? Una persona de 30 años que decida contratar un seguro de vida que le garantice –en caso de fallecimiento– un capital de 240.000 euros tiene que pagar entre 150 a 320 euros al año, dependiendo de la compañía de seguros. A los 35 pagaría entre 240 y 400 euros al año y a los 40 entre 400 y 600 euros al año. Se pueden trocear los pagos en cuotas semestrales y trimestrales. Los precios oscilan un poco en función de si queremos la cobertura por invalidez, o si queremos aumentar el capital asegurado, claro.

Además, existen comparadores en internet que en menos de un minuto ofrecen los precios de una docena de compañías. La ventaja es que cuando más pronto se contrate, la cuota será más beneficiosa. Pero cuando más tarde lo contratemos, más altas serán nuestras cuotas.

Se puede asegurar un capital tanto por muerte como por invalidez. Es decir, que la pareja, por ejemplo, recibirá 240.000 euros si la persona asegurada sufre una de las dos situaciones. Con ese dinero se puede afrontar la hipoteca de un piso en una ciudad como Madrid y Barcelona.

La compañía de seguros suele pedir un informe sobre el estado de salud de los asegurados. Está claro que si uno sufre un achaque crónico o practica deportes de riesgo como el puenting o salto base, la prima anual será más cara.

Pero, salvo esos detalles, si se trata de una vida normal y corriente, desde el punto de vista estadístico, hasta los 50 años nuestra salud es óptima y no hay muchas posibilidades de que nos vayamos al otro mundo. Eso sí, cuando sucede una desgracia, la familia descubre que el mejor invento ha sido para ellos el seguro de vida.

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1 Comentarios:

Margarita
12 Agosto 2018, 15:25

En el año 2005 nos hicimos una casa y pedimos una hipoteca, el banco nos exigió un seguro de hogar, un seguro de vida para mi marido y otro para mí, se hizo con la compañía Santa Lucía. A los pocos meses mi marido sufrió un ictus y le reconocieron la invalidez permanente. Fui a la agencia de seguros y me dijeron que no correspondía ninguna indemnización, que sólo ea en caso de muerte.
¿Cómo puedo saber si en realidad le correspondía?

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