Prótesis dentales y óseas, piezas de automóvil o de uso aeroespacial y hasta comida y edificios. Las impresoras 3-d, capaces de realizar copias físicas perfectas de diseños, están consideradas por los expertos como la “tercera revolución industrial”. Un lucrativo sector que se prevé multiplique por tres sus cifras en algo más de 10 años hasta los 4.000 millones de dólares (2.900 millones de euros) y del que, aunque por el momento ha dado tan solo sus primeros pasos, y se espera reduzca los costes y optimice resultados en múltiples sectores de producción industrial
Según un estudio elaborado por el analista idtechex, el incipiente negocio de las impresoras en 3-d generó el pasado año 1.500 millones de dólares (1.088 millones de euros) en la venta de equipamiento, materiales o software, para la fabricación de productos como protésis médicas,juguetes, muebles, accesorios para el hogar, o para sectores como el aeroespacial, el de la construcción y o el de la automoción, su principal valedor
De hecho, la agencia espacial europea (esa) ha logrado imprimir piezas de metal, capaces de soportar hasta mil grados centígrados y aguantar condiciones extremas. Además, las reproducciones son exactas a los diseños realizados por ordenador, con lo que el resultado es perfecto al margen de reducir sensiblemente los márgenes de producción ya que apenas desperdician materiales. Este programa, conocido como “proyecto amaze”, comenzó en 2013 con el objetivo de lograr componentes para uso espacial
Se espera que en unos años se generalice el uso de la impresoras 3-d para la fabricación de objetos cotidianos en los hogares de todo el mundo
De hecho, como parte de sus investigaciones, la esa junto con el estudio de arquitectos foster + partners han iniciado las pruebas para Fabricar una base lunar con impresoras 3-d , Utilizando únicamente los minerales presentes en la luna
¿Cómo funciona una impresora en 3-d?
No obstante, las impresoras 3-d no solo sirven para uso industrial o médico, sino que se espera que en unos años se generalice su uso para la fabricación de objetos cotidianos en los hogares de todo el mundo, como pueden ser platos, lámparas o tornillos
Los materiales de impresión 3-d más habituales a nivel usuario son el 'abs', una especie de plástico con la que se fabrican -por ejemplo- las piezas de lego, y el 'pla', una masa producida a través de maíz. No obstante, también se utilizan otros materiales como plásticos, resinas y residuos
Una bobina de 1 kg de 'abs' ronda lod 20 euros (dependiendo de si es a color o de la calidad), mientras que una impresora doméstica puede costar 1.000 euros y casi todas suelen ser “plug & play”, de uso inmediato. Basta con enviar por ordenador el diseño para que la máquina se encarge de fundir el 'abs' y darle forma. Por el momento, una pieza grande puede llegar a tardar horas en producirse, pero no se descarta que con el tiempo la producción no sea “inmediata”
Al margen de estos usos, recientemente una empresa catalana, natural machines, acaba de sacar al mercado ‘foodini’, la primera máquina capaz de imprimir comida al utilizar alimentos (que no sean ni muy líquidos ni muy solidos) que el usuario introduce en una serie de capsulas
En cuanto al software, existen diversos ‘freeware’ (programa gratuíto) como openscad, que permiten crear objetos con cualquier sistema operativo. No obstante lo más sencillo es usar los modelos de objetos para impresoras 3D ya existentes como los propuestos por thinkgiverse, con propuestas que van desde exprimidores, pasando por ceniceros, jarrones o pulseras y collares, para demostrar que con esta tecnología, el límite lo pone la imaginación
Vídeo de idealista news Portugal sobre la firma de impresoras 3-d beeverycreative (en portugués)
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