En un barrio tan ‘pijo’ y clásico como Kensington, en Londres (Reino Unido), que un edificio señorial parezca un caramelo gigante, una carpa de circo o el lugar de reunión de las peñas del Atlético de Madrid, es poco menos que un escándalo. La millonaria Zipporah Lisle-Mainwaring ha decidido pintar su casa ‘a rayas’ para fastidiar a sus estirados vecinos, que hicieron causa común para evitar que las autoridades le facilitasen los permisos necesarios para derribarla y construirse una mansión nueva.
Lo cierto es que Lisle-Mainwaring, de 71 años, se había cansado de su vivienda y había decidido tirarla abajo para levantar una casa de cinco plantas con todos los lujos que fuera posible incluir, entre ellos, un sótano de dos niveles con una amplia piscina.
Al vecindario, en el que las viviendas cuestan entre 2 y 12 millones de euros de media, no le gustó la idea de que una de sus centenarios edificios fuera demolido para que una horterada de mansión moderna le sustituyera. Pusieron una queja formal y el gobierno local decidió paralizar el derribo. Como venganza, la millonaria propietaria de la casa decidió pintar la fachada con rayas rojas y blancas.
2 Comentarios:
¿No existen normas urbanísticas de protección del patrimonio en Londres?
Si que existen, ahora bien protejen a los inmuebles realmente que se lo merecen, y no cobrandoles el IBI inglés, ni ningun impuesto a los propietarios de tales "monumentos", ademas de darles un sinfin de ayudas de todo tipo.
El reportaje de la casa a rayas, es una buena idea, ante el "rechazo" popular de una propiedad privada, ya que esos vecinos que se quejaron, ellos en sus casas hacen lo que quieren, las arreglan como quieren y las pintan como les ers de su gusto. Tal como hizo la "excentrica" Señora con su casa.
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