El distrito de Castro, uno de los más icónicos de la ciudad estadounidense, protesta ante el aumento de robos, hurtos y personas sin hogar violentas
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Distrito de Castro, San Francisco (EEUU)
El distrito de Castro, en San Francisco (EEUU) GTRES

La Asociación de Comerciantes de Castro, en San Francisco, uno de los distritos más icónicos de la ciudad del Golden Gate por ser uno de los primeros barrios que favoreció el movimiento gay en EEUU, ha denunciado el abandono de la zona por parte de las autoridades ante el aumento del vandalismo y los robos. Como medida de presión, han amenazado con dejar de pagar impuestos hasta que se resuelva la situación.

Para muchos ciudadanos de San Francisco y turistas que vienen a la ciudad bañada por el Océano Pacífico, la histórica urbe está sufriendo un importante deterioro en los últimos años. El aumento de la marginalidad en una de las ciudades más caras para vivir y encontrar una vivienda asequible de EEUU está provocando un aumento de actos vandálicos en las principales zonas comerciales de la ciudad, entre las que se encuentra el distrito de Castro.

Varios medios estadounidenses se han hecho eco de la carta enviada al alcalde de la ciudad, el demócrata London Breed, por parte de la Asociación de Comerciantes de Castro. El copresidente de la asociación, Dave Karraker, ha afirmado que, si no se atienden sus peticiones para acabar con el vandalismo, hurtos y robos, empezaran a plantearse dejar de pagar los impuestos y tasas de la ciudad.

Sus principales quejas recaen sobre el aumento de las personas sin hogar, que acampan u mendigan por las aceras y delante de las tiendas. Según su misiva, muchas de ellas tienen enfermedades mentales o están intentando salir de la adicción a las drogas, pero que en más de una ocasión han atacado a los clientes para robarles sus pertenencias.

Entre 2019 y 2020, los dueños de tienda y comercios de la zona vieron un claro aumento de los robos y actos vandálicos. La asociación de comerciantes de Castro registró más de 90 incidentes, que han supuesto unos costes de reparación de más de 170.000 dólares, unos 171.200 euros al cambio actual. “Cuando el gobierno no salvaguarda nuestros derechos, pierde su legitimidad y autoridad para gobernar”, ha destacado Karaker a medios locales y nacionales. “Hasta que veamos un cambio por parte de las autoridades, todo está sobre la mesa, incluida la desobediencia civil”, ha agregado.

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