Las hipotecas aún representan la mayor parte del pastel del crédito en España. Según los datos del banco de España (bde), el 41,2% del crédito vivo concedido por las entidades va para financiar la compra y rehabilitación de viviendas
En los últimos cinco años, tomando como referencia el comienzo de la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria, ese porcentaje aumentó 6,2 puntos por las amortizaciones del crédito empresarial, dejando La cuota del crédito al sector inmobiliario era del 35% en 2008. Dicho de otra manera, la vivienda sigue siendo la protagonista en el reparto del dinero total que prestan los bancos, aunque el volumen de crédito nuevo concedido ha disminuido
Con la crisis, el crédito inmobiliario -entendido como préstamo para comprar o reformar una casa- cedió más de un 6%. En 2013, las entidades financiaron 610.497 millones de euros en esta materia, esto es, un 6,8% menos que en 2008. En cuanto al sector de la construcción, el crédito se hundió aún más, cediendo un 58,75% en el mismo periodo. Incluso las actividades relacionadas con los servicios inmobiliarios recibieron un 38,65% menos
2 Comentarios:
Si se piensan los fondos y buitres varios
Que con los nuevos sueldos de España van a recuperar la vivienda.
Parece que en sus estúdios nadie ha caido en la cuenta de que aquí, entre los que conservan el empleo, hay mucha gente a la que le han metido un palo en sueldo mientras le han subido todos los servicios y le han quitado todas las ayudas.
(Eso no pasó en estado unidos. Además en estados unidos ante una deuda hipotecaria entregas las llaves, alquilas dos años y vuelves a comprar, y eso aquí no va a pasar ni en sueños.) España y usa son incomparables por distintos
Cuando vean que una familia con hijos y con trabajos con los que apenas llegan a los 1200 entre dos, se van a pensar dos veces que inversión han hecho.
Es lo bueno de nuestros políticos, son unos trileros que a los que están vendiendo el pais a cachos no les han contado toda la verdad
El crédito se ha hundido, y las empresas lo necesitan para funcionar, y las familias lo precisan para consumir, ese es un lado, pero hay otro: muchísimas de esas empresas y de esas familias arrastran una deuda monstruosa que han de pagar, y quienes han de conceder ese crédito pueden tener dinamita en sus balances en forma de impagos, activos putrefactos y deuda pública que depende de ni-sí-ni-no-que-caiga-un-chaparrón.
Veámoslo de otro modo: existe un exceso de capacidad productiva tremenda, la única salida a las deudas que no se van a poder pagar es una quita, y los activos difuntos al vertedero.
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