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Historias reales de compradores a tener en cuenta para no cometer errores al comprar casa
GTRES

El resultado de hacer las cosas deprisa y corriendo tiene unos riesgos tremendos. Comprarse una casa es una de las decisiones más importantes de la vida de una persona y no tener un procedimiento riguroso, realizado por expertos, puede hacer de una decisión impulsiva, la peor para los próximos 30 años.

Si preguntas a tu alrededor siempre hay conocidos que cuando compraron su vivienda han tenido malas experiencias o conocen a alguien muy cercano con experiencias pésimas al respecto. Hoy, junto con la ayuda de Jaime Aguiar, CEO de Waditors, os contamos cuatro historias de casos reales que han ocurrido en los últimos meses.

El caso de Carlos de 35 años que vive en Gijón

Carlos (nombre ficticio) decidió lanzarse a la compra de su primera casa: una vivienda en Gijón de 120 m2. Tras comprar la vivienda, Carlos decide, como suele ser habitual, hacer una reforma en la misma. Después de un tiempo viviendo en la casa, tuvo que cambiar un alógeno que dejó de funcionar. Al hacerlo se dio cuenta de que su techo (el ático) no contaba con ningún tipo de cerramiento y que había palomas entrando y anidando en su techo. Como consecuencia de ello, tuvo que hacer frente a una derrama de 120.000 euros (coste que se repartió entre los 8 vecinos de la propiedad para solucionar el problema). Por si no fuera suficiente al hacer la obra, se le deterioró el suelo debido a las lluvias y se le estropearon algunos de los muebles recién comprados. Una compra que a priori parecía “segura” se convirtió en una pesadilla.

El caso de María de 28 años que vive en La Coruña

María (nombre ficticio) se compró su primera casa de la que se enamoró por sus vistas, la zona en la que se encuentra el inmueble y por el precio. Además, vive relativamente cerca de su trabajo. Mes y medio después de entrar a vivir, le llama el vecino que vive debajo para advertirle que tiene un problema de humedades y que le está goteando en su salón. María, a pesar de tener una póliza de seguro excelente, tiene que salir corriendo del trabajo para intentar gestionarlo con el seguro y el propietario. Este proceso se repitió hasta 8 veces en un año. Después de esto decidió levantar el suelo y cambiar el sistema de agua por completo. María tuvo que hacer frente a un enorme gasto que se habría solucionado hablando con el vecino de abajo, ya que esta situación venía ocurriendo desde hacía años.

El caso de Pedro de 33 años en Madrid

Pedro (nombre ficticio), que lleva casado 4 años y acaba de tener a su primera hija, decide, junto con María (nombre ficticio), su mujer de 27 años, comprar una vivienda en Madrid cerca de la zona de Príncipe de Vergara. La zona es idílica para la familia ya que ambos pueden ir a sus respectivos trabajos fácilmente en transporte público o incluso andando. Tras unos meses viviendo sin ningún tipo de problema, de repente una noche escuchan música a altas horas de la noche de uno de los vecinos a los que no habían escuchado anteriormente. Cuando Pedro se acerca al vecino para pedirle que, por favor, baje el volumen de la música se da cuenta de que se trata de un apartamento de estudiantes. Durante los próximos 6 meses intentan convivir con ello, pero la mayoría de jueves, viernes o sábados se encuentran con que los vecinos celebran algún tipo de fiesta, incluso en el complejo contexto de covid en el que nos encontramos. Tras un año sufriendo deciden poner en venta el piso ya que la situación era insostenible, sobre todo teniendo una hija pequeña.

El caso de Marta de 36 años que vive en Madrid

Marta (nombre ficticio) decide comprar una vivienda porque se encuentra en un momento laboral muy favorable. Es una persona muy trabajadora que acostumbra a llegar sobre las 11 de la noche ya que trabaja en un despacho de reconocido prestigio en Madrid. Después de varias noches cruzándose con gente desconocida, que entraba y salía del edificio, y tras escuchar en su planta cómo el ascensor no paraba de abrirse y cerrarse, decide ponerse a investigar. Mirando a través de la mirilla descubre que son todo varones de media edad que entran y al cabo de un rato salen. Decide hablar con el portero del edificio y este le asegura que en su mismo pasillo hay un prostíbulo. Marta, asustada, tanto por el tránsito de gente como por la complejidad del contexto, decide que tiene que vender su piso tras haber vivido ahí únicamente durante un periodo de 6 meses.

Todas las historias narradas son reales. Jaime Aguiar, comenta que muchas situaciones que han pasado sus clientes han sido situaciones muy desagradables y que cuando les han llamado algunos, ya era demasiado tarde porque se había efectuado la transacción de compraventa. Desde Waditors animan a la gente a que investigue concienzudamente dónde va a invertir su dinero y vivir los próximos años, ya que la compra de una vivienda supone de media 25 años de hipoteca. Hay que solicitar información a la agencia inmobiliaria, los propietarios y a la comunidad. Es primordial disponer de toda la información disponible para no vivir situaciones tan desagradables como las anteriormente comentadas.

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1 Comentarios:

carlosmonso
5 Abril 2021, 10:15

La inmobiliaria quiere la comisión que le paga el vendedor y cuanto antes, serán falsos o maquillaran problemas.
Los propietarios ya no digamos, quieren sacarse el problema de encima y cuanto antes, omitiran la realidad.
La Comunidad, no existe, son las Actas las únicas capaces de destacar algún problema que solo si es grave y afecta al colectivo puede quedar patente. Es mas importante una labor personal de investigación entre los vecinos, entorno, visita acompañada de algun tecnico, averiguar con el los Vicios Ocultos y calibrarlos, etc.

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