
Los expertos vaticinan una caída de los precios de las viviendas en 2023, aunque ello dependerá de los factores económicos tanto internos como de forma global. Si estás pensando en comprar una vivienda, te damos las claves para saber qué tener en cuenta el año que viene.
Ventajas y desventajas de comprar una vivienda en 2023
Para Óscar Martínez, presidente de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios, APEI, tal y como se prevé el próximo ejercicio, no parece que la vivienda vaya a subir de precio. “La tendencia es que los precios van a mantenerse e incluso con alguna bajada moderada. También habrá que tener en cuenta que, si hay que contratar hipoteca, será interesante optar por el tipo fijo o mixto y de este modo poder estar tranquilos".
Como desventajas, el experto señala que, en estos momentos, la oferta no está aumentando. Esto siempre hace que cueste más encontrar el piso ideal. Tampoco hay demasiada oferta de obra nueva. “Por otro lado, la subida de los intereses no es una noticia positiva a la hora de pagar la hipoteca. De todas formas, tal y como vemos el mercado, el próximo año será bueno a la hora de adquirir vivienda, pues ni las condiciones ni los precios están disparados".
Mientras que Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria, señala que la principal ventaja, especialmente para aquellos que tienen su dinero en una entidad bancaria, es que la compra de vivienda es la forma clásica de defenderse de la inflación, que este año nos hará perder cerca de un 10% de nuestros ahorros.
“Durante 2023 posiblemente veamos caídas en los precios, derivadas de la incertidumbre existente sobre el futuro de la economía, el incremento del coste de vida, la inflación, y sobre todo los crecientes tipos de interés, pero creo que no sea nada alarmante”.
Por esto, Duque señala que el beneficio que supone el adquirir una propiedad, tanto si es para desarrollar en ella nuestro proyecto de vida, -teniendo en cuenta que a medio y largo plazo la vivienda en España siempre se ha revalorizado-, como si la adquirimos para destinarla al alquiler y obtener unas rentas mensuales.
El experto ve dos desventajas: la primera es que quienes ahora compren una vivienda lo harán con los tipos de interés más altos desde 2008, así como con mayores dificultades para acceder a la financiación por parte de las entidades bancarias. “Además, el comprador debe de saber que, según todas las previsiones, y tal y como acaba de anunciar el BCE, en 2023 habrá más subidas fuertes de los tipos de interés, hasta llevarlos a niveles “restrictivos”, en palabras de Christine Lagarde, tras la subida de esta semana de otro 0,5%”.
Tampoco las dudas sobre el futuro de la economía y el incremento del coste de vida son elementos muy favorables a una compra de este tipo, según Duque.
La mejor vivienda para adquirir
En cuanto al tipo de vivienda para comprar el año que viene, Duque señala que es algo subjetivo, pero, es más interesante comprar vivienda de segunda mano. “A este tipo de vivienda siempre le resulta mucho más sencillo adecuarse a las necesidades del mercado que a la vivienda de obra nueva, cuyos promotores se encuentran en este momento con un gran problema derivado del encarecimiento y escasez de los materiales, los problemas del transporte y la falta de mano de obra adecuada”.
Además, la vivienda de segunda mano está generalmente ubicada en barrios ya consolidados y que no ofrecen muchas sorpresas, como si puede ocurrir en los barrios actualmente en construcción.
Oscar Martínez cree que el comprador ha de ser realista. No intentar comprar por encima de lo que se puede alcanzar o pagar. “Si ahora puedes comprar un piso de dos habitaciones, más adelante podrás optar por otro mejor. Por otro lado, todos queremos viviendas en el centro de las ciudades y no siempre podemos optar a ello. Si finalmente nos vemos obligados a comprar vivienda fuera del centro, es necesarios asegurarse que la zona cuente con servicios, zonas verdes y deportivas, y pensar en los desplazamientos".
En qué zonas es mejor comprar
Para el vicepresidente de Alfa Inmobiliaria, en el sector inmobiliario existe una premisa que dice: ubicación, ubicación, ubicación. Por supuesto, la elección de la zona estará marcada por nuestras características personales y por el destino que queramos darle a la vivienda, pero, en cualquier caso, siempre debemos primar la ubicación.
“En el caso de que la propiedad sea para el uso personal, lógicamente buscaremos viviendas que se adecuen, tanto en precio, como en características, a nuestras necesidades, pero nuestra recomendación es que en todo caso la ubicación sea la mejor posible, definiendo “mejor posible” como aquella que se encuentra en una zona con acceso a infraestructuras como transporte público, a vías de acceso, centros escolares y centros médicos, espacios verdes, etc.”.
Y en el caso de que la vivienda sea para destinar al alquiler, el experto opina que, además de tener en cuenta todo lo anterior, es mejor comprar en aquellas ciudades o localizaciones en las que más actividad podamos encontrar, “ya sea por su proximidad al mercado de trabajo, a centros universitarios o a las zonas de la costa española que más atracción tienen durante los doce meses del año”.
¿Precios más altos en 2023?
Los inmobiliarios no creen que el mercado vaya a caer, “va a seguir manteniéndose, con precios razonables en segunda mano y poca oferta. El mercado va a estar estable y tranquilo. Vamos a notar más lentitud a la hora de vender, pero ni van a caer los precios ni tampoco el mercado", responde el presidente de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios.
Por su parte, desde Alfa Inmobiliaria comenta que muy probablemente el ritmo de operaciones se enfríe ligeramente a partir de ahora, afectadas por la incertidumbre existente sobre el futuro de la economía, el incremento del coste de vida, la inflación, y sobre todo por los crecientes tipos de interés; pero, no será nada alarmante, y cerraremos 2023 con una cifra de operaciones cercana a la media de las 500.000 a 550.000 transacciones. “No obstante, mi opinión es que se trata de una desaceleración controlada, e incluso beneficiosa, tras los picos alcanzados durante 2021 y 2022”.
La realidad es que, el número de operaciones que se han postergado por todos esos motivos, se han visto compensadas con las operaciones realizadas por muchos pequeños ahorradores que ven en el ladrillo la única forma de defenderse de la pérdida de valor de sus ahorros, “y por la continua llegada de compradores internacionales que llegan empujados por las dificultades de sus países o con el deseo de contar con una vivienda de costa, en un país seguro y con muy alta calidad de vida”, añade Jesús Duque.
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