El Ayuntamiento de Barcelona defiende que la desaparición de los más de 10.000 pisos turísticos que existen en la ciudad provocará una caída de hasta el 13,4 % en el precio del alquiler. Sin embargo, la realidad es que la medida amenaza con destruir hasta 16.000 empleos vinculados al sector turístico y, lejos de solucionar la crisis de la vivienda, no tendrá un impacto real en los precios. La falta de oferta estructural y el desincentivo a los propietarios hacen muy improbable que esos pisos pasen al mercado residencial en condiciones que beneficien a los inquilinos.
El estudio encargado por el Ayuntamiento al Instituto de Economía de la Universidad de Barcelona calcula, además, que la supresión de las licencias de uso turístico provocará una caída del 6,1 % en los precios de compraventa y una merma en el PIB de apenas un 0,04 % (unos 36 millones de euros anuales). El mismo informe, no obstante, advierte que el golpe sobre el empleo podría situarse entre 4.000 y 16.000 afiliaciones menos a la Seguridad Social.
“A nivel temporal, es previsible que los impactos más inmediatos sean los negativos, afectando directa e indirectamente sectores vinculados al cese de la actividad de los VUT, como el alojamiento, la hostelería y el comercio al por menor”, afirma el estudio. Que añade: “Por el contrario, la materialización de los impactos positivos en la economía dependerá del tiempo necesario para reconducir los recursos (humanos, físicos y financieros) desde los pisos de uso turístico y los sectores asociados hacia otras actividades y sectores”. El informe precisa que las cifras podrían variar si parte de la actividad se redirige a otras formas de alojamiento tradicional, como los hoteles.
Pero aunque los datos municipales apunten a un descenso de precios, los factores que realmente marcan la evolución del mercado apuntan en otra dirección. Según expertos consultados por idealista/news en los últimos meses, estas son cinco razones de peso que explican por qué el cierre de los pisos turísticos en Barcelona no se traducirá en alquileres más baratos:
1. El problema de fondo es una oferta insuficiente
Barcelona sufre una escasez estructural de vivienda en alquiler: por restricciones urbanísticas, lentitud administrativa y costes de construcción elevados, la promoción de vivienda nueva no compensa la demanda creciente. Liberar pisos turísticos no corrige esa brecha estructural; simplemente añade un volumen limitado que no alcanza para cambiar la ecuación.
2. Muchos pisos no volverán al mercado de alquiler
Aunque se pierdan las licencias de uso turístico, no hay garantía de que esos inmuebles se destinen al alquiler residencial de largo plazo. Algunos propietarios podrían guardarlos como segunda residencia, mantenerlos vacíos a la espera de venderlos, convertirlos en uso propio o evitar alquilarlos por la baja rentabilidad frente a los costes y riesgos legales. La experiencia en otras ciudades muestra que la reconversión masiva al alquiler convencional es muy limitada.
3. La regulación y la inseguridad jurídica desincentivan a los propietarios
Con la Ley de Vivienda estatal, las zonas tensionadas y la amenaza de sanciones o restricciones imprecisas, muchos propietarios consideran que no vale la pena arriesgarse a alquilar a largo plazo. Prefieren mantener inmuebles fuera del mercado antes que enfrentarse a conflictos legales. Por tanto, el cierre de pisos turísticos no garantiza un aumento real en la oferta de alquileres.
4. La demanda residencial sigue presionando al alza
Barcelona atrae estudiantes, trabajadores, personas que emigran de otras ciudades o países e inversión extranjera. Esa demanda estructural no se desvanece por quitar pisos turísticos. Cuando la oferta no crece en la misma medida que la demanda, los precios se estabilizan o incluso continúan subiendo.
5. Riesgo de efectos negativos y ralentización de la economía
La pérdida masiva de empleos (hasta 16.000) en turismo, hostelería, comercio y servicios vinculados supone una merma de ingresos generalizados que puede afectar la inversión inmobiliaria y la actividad económica en barrios turísticos. Menos economía activa, menos compradores, menos actores interesados en rehabilitación y menor estímulo para construir o mejorar viviendas: un círculo vicioso que debilita la expansión del parque de alquiler.
Sigue toda la información inmobiliaria y los informes más novedosos en nuestra newsletter diaria y semanal. También puedes seguir el mercado inmobiliario de lujo con nuestro boletín mensual de lujo.