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Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo
GTRES

Casi 210.000 millones de euros de deuda pública doméstica, casi un 25% del total que hay circulando en los mercados, están cotizando en terreno negativo. Los títulos en rojo son los que vencen en un plazo máximo de un año y medio, por tanto, es deuda a corto. El programa de compra de deuda masiva que ha activado el Banco Central Europeo y el tímido avance de las negociaciones entre Grecia y Bruselas para prorrogar las ayudas están detrás de este fenómeno.

La cifra es, cuanto menos, escandalosa: según los datos de Bloomberg que recoge el diario Expansión, hay 209.758 millones de euros en deuda pública de España moviéndose en el mercado a unos intereses negativos, lo que representa prácticamente una cuarta parte de la que hay actualmente en circulación (algo más de 855.500 millones).

En concreto, los títulos que están en terreno negativo son los que vencen a corto plazo, como por ejemplo las Letras del Tesoro, que están cotizando con unas rentabilidades de entre el - 0,004% y el -0,029%.

De momento, toda la deuda que caduca antes del 31 de octubre de 2016 está en números rojos, salvo una excepción: el bono que vence mañAna, que cotiza a un 1,867%.

¿Y cómo es posible que se produzca este fenómeno? La respuesta es sencilla: por los efectos de la maniobra extraordinaria que ha activado el Banco Central Europeo (BCE) y de las últimas noticias sobre las negociaciones entre Grecia y Bruselas.

Por un lado, y como recuerdan los expertos, el BCE activó el mes pasado un programa que le permite adquirir hasta 60.000 millones de euros mensuales en deuda pública y privada a corto plazo durante un periodo de un año y medio. La medida está llenando de liquidez al mercado y presionando a la baja la rentabilidad de todos los activos (sea cual sea su plazo), aunque el efecto está siendo más agresivo en los tramos más cortos de la curva.

Una prueba reciente de ello ha sido que, por primera vez en la historia, el Tesoro Público ha conseguido colocar deuda a corto plazo a intereses negativos en una subasta, lo que significa que España ha conseguido cobrar dinero por financiarse en los mercados.

Esto explica que los títulos españoles que vencen como muy tarde en octubre del próximo año (justo un mes después de que, en teoría, acabe el programa de compra de la autoridad monetaria) sean los que, precisamente, están moviéndose en terreno negativo.

Además, la caída de las rentabilidades también se está viendo influida por los tímidos avances que se están produciendo en las negociaciones entre Bruselas y Grecia para ampliar las ayudas al país.

El 30 de junio finaliza el segundo rescate y el Gobierno heleno parece que, poco a poco, está dando su brazo a torcer: ha cambiado a su equipo negociador para aliviar las tensiones (hasta hace unos días estaba liderado por Yanis Varoufakis, ministro de Finanzas) y Europa ha valorado de forma positiva la decisión.

Los inversores han tomado nota de estos avances y han reducido la presión sobre los mercados, de tal manera que las rentabilidades de la renta fija (deuda) están bajando y la renta variable (bolsa) subiendo.

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1 Comentarios:

Benjamin López
29 Abril 2015, 14:10

Una locura más. La burbuja de los tulipanes se queda pequeña.

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