La promotora Reyal Urbis se une a Martinsa-Fadesa como las grandes inmobiliarias que cayeron como consecuencia del boom inmobiliario. En una ‘muerte lenta’ desde que entrara en concurso de acreedores en 2013, la compañía presidida por Rafael Santamaría no ha llegado a un acuerdo con sus acreedores, entre ellos Sareb y Hacienda, para refinanciar una deuda que asciende a 4.660 millones de euros.
Tras cuatro años en concurso de acreedores, los deudores de una de las mayores inmobiliarias de España durante la burbuja inmobiliaria han rechazado la propuesta presentada para afrontar una deuda que asciende a 4.660 millones de euros. Esto implica que la empresa será finalmente liquidada, a falta de comunicación judicial oficial.
Según las cuentas de la compañía a primer trimestre, Reyal Urbis acumula una deuda con entidades de casi 2.820 millones de euros. Además, se suman más de 850 millones de euros con Sareb, que heredó los activos inmobiliarios de las cajas rescatadas y cerca de 400 millones de deuda con Hacienda por impago de impuestos.
La oferta de la compañía presidida por Rafael Santamaria pasaba por un pago unilateral a Hacienda, distinta al resto de acreedores. Mientras que al resto, la inmobiliaria pedía una quita y pagarles mediante una dación de activos inmobiliarios, que en la actualidad se han depreciado a su valor respecto a los precios de 2008-2009.
La quiebra de Reyal se une a otras empresas del sector que cayeron con la crisis como Martinsa-Fadesa, Habitat o Nozar.
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