Frances Glessner Lee era conocida en el mundo detectivesco como “la madre de la ciencia forense”. Diseñó una serie de maquetas con personas que simulaban escenas de crímenes y que se convirtieron en terroríficas casas de muñecas. Estos dioramas, como se conocen a las maquetas, formaban parte de un departamento de medicina legal que creó Lee en la Universidad de Harvard en 1945.
En una época en que la ciencia forense aún estaba en su infancia, Lee, nacida en 1878, ya organizaba seminarios y conferencias sobre la investigación de homicidios y que impartía a los mejores detectives, fiscales e investigadores de todo el mundo. Y lo hacía través de casas de muñecas donde se representaban escenas de crímenes reales y situaciones reales por las autopsias que había visitado.
Así, armados con lupas y linternas, los estudiantes recibían 90 minutos para estudiar cada escena y recoger las pruebas pertinentes. Porque las casas de muñecas estaban llenas de pistas y ratoneras, y los cadáveres de las muñecas muy detallados: a menudo presentaban decoloración o hinchazón, debido a las autopsias que veía Lee en la vida real.
Lejos del mundo imaginario de una niña, las muñecas representaban a víctimas reales de violencia doméstica y de la prostitución en una escala de 1:12.
La vida de Lee no fue fácil. Procedía de una familia adinerada de Chicago pero su padre no la dejó ir a la universidad, eso era cosa de chicos. En cambio, su hermano pudo estudiar en Harvard. Y en una ocasión llevó a un amigo licenciado en medicina a su casa que fue el que le abrió los ojos a la ciencia forense. Con la muerte de sus padres y su hermano heredó una gran fortuna. Decidió estudiar e invertir parte del legado en el departamento de medicina legal de Harvard y en una organización nacional de policía para fomentar el estudio de la criminalística.
Hoy en día sus casas de muñecas y maquetas siguen sirviendo como investigación para la policía. La pena es que no están abiertas al público.
Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta