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José Ignacio Morales
idealista

La semana en el sector inmobiliario comenzó con una gran sorpresa: la dimisión de José Ignacio Morales, ya Ex-CEO de Vía Célere. Un movimiento que no ha perturbado los planes de futuro del fondo de inversión Värde. Desde un primer momento se especuló con la posibilidad de que el máximo accionista de la empresa acelerara su salida a través de la venta de activos, pero El Economista informa que esta no es su hoja de ruta. 

La idea de Värde continúa siendo la misma que hasta la salida de Morales. Es decir, el fondo, que compró la empresa a Juan Antonio Gómez-Pintado en 2017 por 90 millones de euros, seguirá apostando por maximizar el valor de los activos de cara a una futura desinversión, sobre todo una vez que el vehículo de inversión parece haber descartado por completo su salida al parqué. Un estreno bursátil que ha sobrevolado la actualidad de la promotora desde hace seis años, pero que nunca se ha llegado a producir por el descuento con el que cotizan otras promotoras del sector como Aedas o Neinor.

De todos modos, a nadie del sector inmobiliario se le escapa las intenciones de Värde: clausurar su ciclo en el ladrillo. Por este motivo, durante los últimos años ha comenzado a transaccionar algunos activos y ha reducido su actividad constructora. Ahora, el fondo intentará maximizar el valor de sus activos para seguir con su política de desinversión. ¿Qué implica esto? Desarrollar los suelos para conseguir terrenos finalistas, que son los más atractivos para los futuros compradores. Una idea que no impedirá que la promotora continúe desarrollando aquellos proyectos residenciales que la compañía sí considere estratégicos. 

Cabe recordar en este punto que Vía Célere ya ha cerrado algunas ventas muy significativas como la venta de un 55% de su cartera de alquiler a Greystar por más de 400 millones de euros. 

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