Así limpiaba así así… Qué bien cuando la casa está limpia pero la de horas que has tenido que dedicar a la tarea, ¿verdad? Pues no: si sigues estos trucos de limpieza fáciles y poco farragosos, conseguirás que tu hogar esté limpio con poco esfuerzo. Vamos con ello.
Primer consejo: divide los tiempos por estancias. Tanto tiempo para el dormitorio, tanto para el salón, para los baños… Y haz una ruta de la limpieza, que se convierta en un hábito, así todo irá más rodado. También viene bien, para las limpiezas que no son diarias, hacer un plan de tareas: persianas, ventanas, muebles, suelos..
Segundo consejo: se limpia de arriba a abajo porque si primero limpias el suelo y luego limpias el polvo de los muebles.. habrás perdido el tiempo.
No utilices los mismos productos para todo: cada cosa tiene su por qué y el vinagre blanco, gran desinfectante, no le sentará bien a tus muebles de madera, por ejemplo. Y tampoco utilices las mismas bayetas.
Los útiles de limpieza… también se limpian. Fregonas, cubos, bayetas… Hay que limpiarlos tras el uso.
Un consejo antes de remangarte: los limpiadores antiestáticos retrasan la aparición de polvo en los muebles de madera, el vidrio, el acero…
¿Cuáles son los productos más eficaces a la hora de limpiar? Sin duda alguna, el vinagre de limpieza, que lo mismo lo puedes usar en sanitarios que en la cocina, es un excelente desinfectante y además, barato. También estarían la lejía, que también desinfecta, el amoníaco, un gran desengrasante para la cocina y la piedra blanca, a base de arcilla, que va muy bien para azulejos y también, la vitrocerámica. Ojo con las mezclas: mezclar lejía con amoníaco o alcohol con vinagre produce gases tóxicos, así que mejor no hacer experimentos con gaseosa…. La lejía y el amoníaco puedes rebajarlo con algo de agua: el resto no. Y otro consejo: se ponen sobre los paños y bayetas, no sobre las superficies a limpiar.
Trucos para que la casa se ensucie menos: los felpudos en la entrada ayudan a que restos de suciedad de los zapatos se queden fuera pero, y lección aprendida de la pandemia, lo que verdaderamente ayuda a que no lleguen a tu hogar es que tanto los miembros de la familia como las visitas dejen su calzado en la entrada. Otro truco: ten a mano siempre toallitas limpiadoras de usar y tirar. Vienen genial para limpiar la mesa tras comer, para quitar una mancha repentina… Si es posible, cubre el sillón y los sofás con fundas o con telas que evitarán que se manchen.
¿Cada cuánto hay que limpiar?
Pues esto va en gustos y en necesidades, lógicamente: si en tu casa hay mascotas y/o niños, tendrás que limpiar más a menudo, indudablemente. A diario procura que las camas estén siempre hechas (una cama deshecha da sensación de caos y desorden); también, ventila y cuelga la ropa, no la acumules en sillas. En la cocina, limpia a diario a vitrocerámica y la vajilla que utilices (o carga el lavavajillas). En el baño, una toallita limpiadora te dejará los sanitarios limpios y saneados. Intenta pasar el aspirador una vez al día o como mucho, cada dos días.
Una o dos veces a la semana, quita el polvo de muebles. La bañera también necesita de una limpieza semanal, así como la mampara.
La nevera viene a necesitar una limpieza cada dos semanas: retira lo que se haya estropeado y limpia los estantes. Las cortinas, por su parte, necesitarán de una limpieza mensual.
Ya verás que, si sigues estos consejos, tu casa estará a diario como los chorros del oro.
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