Las puertas lacadas en blanco siguen siendo tendencia en viviendas modernas por su estilo sencillo, elegante y su capacidad para aportar luminosidad y amplitud.
Sin embargo, las huellas, el polvo o el amarillo que aparece con el paso del tiempo pueden afectar a su apariencia si no se limpian y mantienen adecuadamente.
En este artículo te explicamos cómo limpiar las puertas blancas lacadas, qué productos usar y qué errores debes evitar si no quieres dañar su superficie.
¿Cómo limpiar las puertas lacadas en blanco?
Las puertas lacadas en blanco, aunque estéticamente bonitas, se ensucian con facilidad. Para mantenerlas limpias, basta con pasarles una bayeta con agua templada. Si de esta manera las manchas no se eliminan, sobre todo alrededor de la manivela, deberás añadir algo más:
Una solución eficaz es mezclar en un cubo vinagre o jabón neutro de limpieza con agua templada
Después, frotar suavemente la puerta con una bayeta y aclarar con bastante agua
Ahora, deberás secar la puerta con otra bayeta o paño seco
La bayeta es aconsejable que sea de microfibra, para evitar que queden pelusillas adheridas a la superficie de la puerta lacada.
Conviene saber si tus puertas tienen un acabado brillante, satinado o mate. Las puertas lacadas en brillo o satinado suelen ser más sufridas y limpias, mientras que las de lacado mate reflejan más las huellas y requieren una limpieza algo más frecuente.
¿Cómo limpiar las puertas lacadas blancas que amarillean?
Uno de los problemas más comunes en las puertas lacadas en blanco es el amarilleo. Esto puede deberse a la exposición prolongada al sol, al humo de cocina o a una limpieza inadecuada.
Para evitarlo, es recomendable proteger las puertas de la luz solar directa, utilizando cortinas. También conviene realizar limpiezas frecuentes para evitar que la grasa o el polvo se acumulen.
Pero este color no siempre es señal de suciedad, sino también del envejecimiento natural de la laca. Te contamos cómo proceder al respecto:
Limpiar las puertas lacadas con bicarbonato y vinagre
Uno de los remedios más efectivos es utilizar bicarbonato sódico y vinagre blanco:
Mezcla en un cubo bicarbonato de sodio y vinagre, creando una pasta. No tiene que ser necesariamente vinagre de limpieza, sirve el que se usa en la cocina siempre que sea blanco.
Deja actuar durante unos minutos y aclara con un paño húmedo. Después seca con otra bayeta.
Si aun así la puerta sigue amarilla, puedes cambiar el paño por una esponja suave. Nunca utilices un estropajo, pues podría rallarla.
Limpiar las puertas lacadas con agua oxigenada
Utilizar agua oxigenada y vaselina líquida es otra opción:
Para eliminar las manchas amarillas en puertas lacadas en blanco, puedes utilizar una mezcla de agua oxigenada y vaselina líquida
En un cubo de agua prepara la mezcla y aplícala con un paño suave sobre las zonas amarillas
Después, aclara con agua abundante y seca con otra bayeta distinta
¿Se puede limpiar las puertas lacadas con amoniaco?
El uso de limpiadores agresivos como lejía, amoníaco o sprays multisuperficie que contengan siliconas, pueden alterar el lacado de la puerta y no son aconsejables.
Lo mismo ocurre con el alcohol, la acetona o el quitaesmalte. Estos productos son muy abrasivos y dañarán el brillo de la puerta de manera irreversible.
Tampoco deben utilizarse esponjas duras ni estropajos, ya que pueden rayar la superficie.
Otros consejos para limpiar las puertas lacadas
Lo ideal es realizar una limpieza frecuente para evitar que las manchas no se eliminen. Dependiendo, claro está, del uso que tenga la vivienda y si las personas que viven en ella son más cuidadosas o menos.
Una buena práctica es limpiarlas semanalmente con un paño y agua, utilizar jabón neutro para limpiar las puertas lacadas cada mes y revisar cada seis o doce meses las zonas de mayor uso o exposición, para tomar las medidas recomendadas. Si sigues esta rutina de limpieza, tus puertas pueden mantenerse como nuevas durante más tiempo.
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