“Crecí en las montañas, en el mismo lugar que trajo al mundo a mi madre y a mi abuelo. Un pequeño pueblecito al que los lugareños siguen llamando con el mismo nombre inmemorial…”. Así evocaba Bob Marley a Nine Mile, la aldea en la que creció bajo los frondosos picos de Santa Ana, al norte de la isla de Jamaica. Allí, al término de una carretera sinuosa que se abre paso entre plantaciones de café y árboles de frutas tropicales, se oculta su casa natal, en la que también descansan sus restos mortales desde aquel 11 de mayo de 1981.
Ahora que el rey del reggae hubiera cumplido 70 años, nos colamos en su precaria vivienda, el lugar al que siempre llamó su hogar, incluso después de alcanzar la gloria universal y de vivir en otros muchos puntos del planeta. Una casa que se mantiene intacta, tal cual era cuando aquel niño correteaba por sus calles de tierra sin sospechar que se convertiría en una leyenda.
Muchos son los curiosos que se acercan a este rincón para descubrir cómo fue la infancia de Bob Marley. Porque su casa natal es un vivo reflejo de algunas de sus canciones más famosas. Su tejado de chapa aparece en 'I wanna love you' (we'll be together with a roof over our heads) junto con la cama pequeña de su habitación (we'll share the shelter of my single bed), que conserva su cabecero metálico y su colcha de flores.
Ésta y un pequeño salón conforman las únicas estancias de la casa, que fue declarada Monumento Nacional por el gobierno de Jamaica. Afuera se mantiene lo que sería la cocina abierta al cielo, con la hornacina de piedra donde su madre cocinaba sin gas, una imagen humilde que le inspiró el tema 'No woman no cry'. También en el patio, con exuberantes vistas a las montañas, se encuentra la famosa piedra (stone pillow), pintada con los colores rasta: rojo, amarillo y verde.
Cuenta que allí Marley se tumbaba bajo las estrellas en las cálidas noches de su juventud y trataba de invocar a sus musas después de haber fumado sus hierbas. Así lo cuenta en 'Talkin' Blues': "cold ground was my bed last night / and rock was my pillow, too" (la fría tierra fue mi cama anoche / y la roca fue también mi almohada).
Pero si hay algo que persiguen los fans cuando se acercan a esta casa, es el mausoleo del músico, erigido con arquitectura etíope. Allí, junto a la tumba de su madre yace su cuerpo inerte, embalsamado y de pie, con un letrero que reza "elevado para seguir soñando". No falta el museo con sus fotos, sus discos de platino… y todo la mercadotecnia que envuelve a esta figura inolvidable.
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