¿Quién no se ha reído alguna vez con las canciones de Phoebe o con los chistes malos de Chandler? 'Friends' es una de las series que más recuerdos ha aportado al imaginario colectivo y que hoy, muchos seriéfilos, más echan en falta. Si quieres mantener viva la esencia de la sitcom durante muchos años más, te traemos el decálogo definitivo para emular la decoración de uno de los apartamentos más carismáticos de la televisión.
El año pasado se cumplieron 20 años del estreno de 'Friends'. La serie no sólo marcó a toda una generación, sino que sentó las bases a seguir por sitcoms venideras. Otras como 'Cómo conocí a vuestra madre' o 'The big bang theory' ejemplifican que Rachel, Joey o Chandler inspiran… y no sólo a los guionistas.
Aquí, nuestro referente es Mónica; más concretamente su casa. El apartamento de la hermana de Ross es, junto al Central Perk, uno de los escenarios principales de la serie. Por todo esto, y más, creemos que no está de más este decálogo que da una idea sobre cómo imitar la decoración del apartamento de Mónica Geller.
El azul y el morado serán la base de la gama cromática. Los armarios de la cocina son de color azul y las puertas de los dormitorios son moradas. Este es uno de los aspectos que otorgan más personalidad al apartamento, pero que por momentos nos despistan y hacen que pensemos que estamos viendo Punky Brewster en lugar de una serie sobre treintañeros.
A pesar de este choque de colores, que por otra parte funciona, Mónica se distingue por tener un estilo único, en el que la mezcla, el orden y la limpieza reinan.
Tu pasatiempo favorito no será otro que el juego de las sillas. Y dirás: “Pero si yo soy más de Trivial y Monopoli”. Lo sentimos. Nosotros también, pero en el apartamento de Mónica hay más sillas que tenedores y hay que darles algún tipo de uso. Hay sillas en el pasillo, en la sala de estar, alrededor de la mesa de la cocina, en el recibidor… No vaya a ser que alguien se canse mientras espera para entrar al baño. Porque eso sí, tendrán muchos taburetes, pero sólo hay un retrete para seis personas. Cuestión de prioridades, suponemos.
Por otro lado, la cocina será el jardín que nunca has tenido. Mónica decidió llenar las paredes de la suya con flores y romper, así, con esta moda absurda de que las plantas deben estar en el balcón porque requieren de energía lumínica. ¿Fotosíntesis? Hay flores sintéticas estupendas que vienen con los procesos metabólicos hechos de casa y, además, mantendrán a los insectos alejados.
Mónica es una mujer abonada al estrés y la presencia de una espaciosa bañera se torna fundamental. Si quieres seguir la línea decorativa de su baño, debes confiar en que un amigo como Joey cambie tus viejas baldosas por unas negras y blancas que emulen un tablero de ajedrez. Tampoco puedes olvidarte de las velas y las toallas blancas perfectamente dobladas y planchadas.
Las bombillas iluminarán tu vida. Mónica sabe lo importante que es una buena iluminación y al igual que no escatima en sillas y descanso, tampoco lo hace en lámparas. Una tarde de lectura en tu sofá no se disfruta igual con la luz fría de un flexo que con la calidez de una lámpara de pie. De igual modo, una buena película o una cena romántica requieren de una ambientación lumínica diferente. Como quien tiene un bolso para cada ocasión, Mónica tiene una lámpara para cada momento.
Además, romperás todas las reglas sobre combinar estampados. Mezclar dibujos es como tener un perro y un gato viviendo bajo el mismo techo; puede salirte muy bien o muy mal. Aunque la convivencia de flores, cuadros y rayas no desembocó en el desprendimiento de retina de nadie, debemos decir que tal fortuna solo fue fruto de la casualidad. A pesar de que en el sofá de Mónica han convivido todo tipo de tejidos, sin duda, si algo merece una mención aparte son sus cortinas. Su estampado es tan peculiar que solo pueden compararse con las de la cocina de Marge Simpson.
Necesitarás cojines como para acomodar a todo un ejército. A Mónica le vuelven loca y están presentes en casi todas las sillas de la casa. Hay cojines en su cuarto, en el sofá y en las butacas. Cuánto más grandes, mejor. No le importa que en alguno de los casos sean completamente inútiles. Ella es feliz invirtiendo media vida colocando y ahuecando reposacabezas.
Tu salón estará presidido por una mesa inútil. ¿Nunca te has preguntado para que sirven las mesas que solemos tener frente al televisor? Suelen estar decoradas con un centro de flores falsas o con ceniceros que no utilizamos porque no fumamos. No sabemos por qué, pero todas las casas tienen una y este apartamento no iba a ser menos.
Mónica, como obsesa de la limpieza que es, no deja que nadie coma o fume en su salón. Por todo esto, ella es el perfecto ejemplo de poseedora de este tipo de mesa. ¿Cómo conseguir la tuya propia? Anímate a construir una con un par de palés y convertir un objeto, a priori inservible, en algo útil y sostenible.
Dormirás sobre una cama enorme y antigua. Y es que estos muebles deberían de ser como las raciones en los restaurantes; cuánto más grandes mejor. Nunca hay suficiente comida para llenar nuestro estómago, ni suficiente espacio para que una sola persona duerma a pierna suelta.
Aunque su cuarto sea el rincón de la casa con menor personalidad, somos conscientes de que en cuestión de gustos no hay nada escrito y queremos darte las directrices para imitar su apariencia. ¿Qué necesitas? Una tarde en Ikea y capacidad de decisión para escoger la cama y las mesitas de madera envejecida que más te gusten.
Tendrás alfombras suficientes como para montar tu propio zoco. Siendo Mónica la loca de la limpieza que es, no se entiende muy bien por qué tiene tantas. Las alfombras nos obligan a visitar la tintorería cada cambio de temporada y acumulan más polvo que una estantería repleta de recuerdos de boda. Sin embargo, es cierto que son útiles para tapar desperfectos del parqué y evitan resfriados si andas descalzo en pleno febrero.





Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta