
El verano está a la vuelta de la esquina y la subida de las temperaturas ya se empieza a notar. Con el paso de los días los muros de los edificios se calientan y el ambiente en casa puede llegar a ser sofocante. Además del aire acondicionado, existen algunas prácticas que puedes realizar para mantener tu hogar más fresco sin tener que gastar tanto dinero en la factura de la electricidad.
Ventilar por las mañanas
Siempre conviene abrir las ventanas a primera hora para renovar el aire dentro de casa, pero en verano especialmente. Si eres una persona madrugadora aprovecha para ventilar la casa antes de que lleguen las horas fuertes de calor, el aire fresco ayudará a mantener una temperatura agradable dentro de la vivienda.
Bajar las persianas
Este es un truco que casi todos conocen, pero es cierto que resulta muy útil. Tener las persianas bajadas, especialmente en las horas centrales del día, evita que los rayos del sol y el calor de la calle entren en casa y ayuda a mantener baja la temperatura. Para quienes no disponen de persianas ya instaladas existen estores y otras alterativas que se pueden añadir al marco de la ventana.
Utilizar toldos
Más allá de protegernos del sol cuando estamos sentados en el balcón o la terraza, en IDAE explican que instalando toldos en las ventanas donde da el sol podemos ahorra hasta un 60% de energía siempre que tengamos los muros y ventanas bien aislados.
Usar ventiladores

La ventilación cruzada
Consiste en abrir la ventada situada en la fachada donde sople el viento y la ventana de la pared opuesta, de esta forma conseguimos generar corrientes de aire que refrescan la estancia. Según la Comunidad de Madrid es recomendable abrir varias puertas y ventanas unos centímetros que solo un par completamente y la ventilación es aún mejor si las puertas opuestas están en diagonal.
Para conseguir una buena calidad de aire es importante que no se sobrepasen los niveles de C02 establecidos, los cuales se pueden controlar con detectores. En caso de que el aire supere los 1000 ppm, habrá que aumentar la frecuencia o el tiempo de ventilación, así como el grado de apertura de las ventanas.
Tener plantas en casa
Las plantas aportan frescor a nuestro hogar. Aquellas que tienen un follaje más tupido requieren un riego más constante y por lo tanto consiguen humidificar la sala y purifican el aire. Cada maceta ayuda a refrescar el ambiente de la habitación y son un elemento que además llena de vida tu salón o cocina.
Regular el aire acondicionado
Cuando estamos en un clima muy caluroso o es un día de pleno verano hay veces que es inevitable hacer uso del aire acondicionado. Sin embargo, IDAE recomienda fijar el aire en 26 grados y no ajustar el termostato a una temperatura más baja cuando lo encendamos. La casa no se enfriará más rápido por ello y solo conseguiremos un mayor gasto de energía.

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