Ya llevamos no se sabe cuántos años que parecen arrancar tranquilos y, cuando menos te lo esperas, de repente la cosa se da la vuelta y se complica un poco más.
Otro año más que se nos va. Hemos echado de menos muchas cosas, pero sobre todo la cercanía, saltarnos la duda de si dar la mano, abrazar, dar dos besos, un codo, un puño o no hacer nada.