Artículo escrito por Juan villén, responsable de idealista hipotecas
El cambio de gobierno ha supuesto la enésima piedra en el camino de la transposición de la normativa europea sobre protección del consumidor en temas hipotecarios, y parece que no verá la luz hasta 2019.
Más allá de la sinrazón de un retraso que lleva ya más de 2 años y medio sobre el plazo dado por Europa, viendo cómo otros países como Portugal o Italia – como casi todos, con sus “conflictos” políticos internos – han aprobado nuevas leyes, vamos a esgrimir aquí los principales argumentos por los que consideramos urgente la aprobación de la nueva ley:
- Es una ley orientada principalmente a la protección del consumidor: viniendo de donde venimos, y teniendo en cuenta que se siguen concediendo hipotecas todos los días, nuestros políticos deberían velar por los votantes, especialmente por los que más necesitan de dicha protección.
- La obligación de ofrecer información detallada y desglosada sobre productos adicionales a la hipoteca, como son los seguros, así como la posibilidad de optar por opciones sin dichas vinculaciones obligatorias permitirá a los consumidores comparar y elegir mejor las condiciones de su hipoteca. Actualmente muchos clientes cambian de entidad solamente porque les imponen un seguro, o un gasto mínimo con tarjeta de crédito. que no quieren o no necesitan.
- En un entorno donde empezarán a subir los tipos de interés, aunque inicialmente sea de manera ralentizada, la posibilidad de hacer un cambio de tipo variable a fijo para evitar sustos a futuro, a bajo coste, es algo esperado por muchos hipotecados que no quieren sufrir como en 2008 cuando el Euribor superó el 5% y las cuotas mensuales se dispararon. Más pronto que tarde, las ofertas a tipo fijo a largo plazo van a encarecerse, por lo que la espera hará daño al bolsillo de las familias. La ley actual no permite la subrogación de variable a fijo, pues es requisito indispensable la mejora en tipo de interés.
- La incertidumbre es la peor medicina si se quiere dinamizar un sector. Los bancos están esperando la nueva ley, no tanto porque pueda beneficiarles – que no lo hace – sino porque la certeza de unas reglas del juego sin sobresaltos les permitirá ser más agresivos. En idealista/hipotecas trabajamos con casi la totalidad del sector, y no hay ni un solo banco que nos diga que no quiere incrementar el volumen de hipotecas. Eso sí, ante la incertidumbre legal, se pasan de frenada en los perfiles a los que conceden la hipoteca, y eso afecta negativamente a aquellos clientes que tienen un perfil más ajustado.
- La subida del precio del alquiler y el entorno de tipos bajos hace que muchas personas se planteen ahora la compra de vivienda. El acceso a la hipoteca es fundamental para el común de los mortales, pocos pueden comprar una vivienda a tocateja. Un entorno estable, transparente y justo facilitará mucho más las cosas a los indecisos.
- Los juzgados se encuentran atascados con operaciones hipotecarias con reclamaciones de todo tipo. En muchos casos esperando dictámenes de Bruselas porque aquí no somos capaces de solucionar los problemas planteados. Aunque el borrador de la nueva ley deja claro que la aplicación de los nuevos criterios no tendrá carácter retroactivo, sí puede facilitar la negociación de los bancos con los deudores para la refinanciación de la deuda y que se reduzcan los desahucios y baje la morosidad. Eso resolvería el problema y reducirá sin duda la litigiosidad futura de este sector.
- La nueva ley también contempla la regulación de intermediarios de crédito que, aunque estaría pendiente de desarrollo reglamentario, daría tranquilidad también a los consumidores a la hora de ponerse en manos de terceros para asesorarles sobre cuál es la mejor hipoteca. La dependencia de estos intermediarios del Banco de España asegurará un mayor y más riguroso control de las prácticas y capacidades de quienes operen en este sector.
- Por último, la multa a la que nos exponemos – que para finales de año superará los 100 millones de euros – debería ser un acicate. Son gastos innecesarios como éstos los que, ahora que se habla de subidas de impuestos, no entendemos los que aportamos con nuestro trabajo al mantenimiento del sistema, es fundamental dedicar el dinero de los contribuyentes a lo que realmente es necesario. Pensar en que finalmente Bruselas nos perdonará la multa es mirar para otro lado.
No se me ocurren motivos de peso para que los partidos políticos no saquen adelante ya esta nueva ley, y sí muchos favorables. Cualquier excusa sólo puede obedecer a cálculos políticos que nada tienen que ver con los intereses de los ciudadanos a los que, no lo olvidemos, aquellos tienen que servir.
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