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El 'modus operandi' de Sareb está viviendo un sinfín de cambios desde que el Banco de España publicó la circular contable que marca sus directrices. El regulador le ha dicho cómo debe valorar toda su cartera y cómo debe ponerla a la venta.

Desde que se hizo pública esta nueva hoja de ruta a principios de octubre, la sociedad que gestiona los activos tóxicos de la banca rescatada no solo debe tasar a precios de mercado el más de medio millón de activos que tiene en cartera, sino que también ha de despedirse de una de las prácticas con las que obtenía un volumen de ingresos considerable.

Se trata de la venta de grandes carteras de préstamos, que, por mandato del regulador financiero, debe ser sustituida por las subastas individuales. Esto significa que, en vez de poder juntar los préstamos y colocar un solo paquete en el mercado (una fórmula que le permitía compensar unos préstamos con otros y conseguir un margen para hacer frente a los costes generales de la sociedad), tendrá que adjudicar uno por uno vía subastas.

Este cambio ha llevado a Sareb a incumplir sus propias previsiones, que apuntaban a la venta de varias carteras de préstamos en la recta final de 2015 aprovechando el apetito de inversores nacionales y extranjeros.

De hecho, la compañía esperaba adjudicar en las últimas semanas del año hasta cuatro carteras de crédito respaldas por viviendas, suelo, hoteles y locales comerciales con un valor nominal de 1.400 millones de euros. Un pronóstico que no ha podido cumplir.

La circular contable del Banco de España hará más complicada la adjudicación de los préstamos y, por tanto, llevará a Sareb a reducir los ingresos que conseguía a través de esta vía.

De momento, al menos, la compañía está volcada en limpiar esas carteras de créditos para cumplir con las exigencias del procedimiento que establece el regulador y reducir su balance bajo unos criterios más lentos y complejos de lo esperado.

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