
Si el inmobiliario ha aprendido una lección del coronavirus, esa ha sido la necesidad de digitalizar sus procesos. Este es uno de los motivos que harán que las principales ‘proptech’ españolas finalizarán el año habiendo cumplido con la mayoría de sus hitos, a pesar del duro golpe del confinamiento. Si bien el mercado inmobiliario no ha recuperado aún las cifras de principios de año, estas ‘proptech’ sí que habrán salido reforzadas.
La paralización de la actividad en el sector inmobiliario entre abril y junio, con las notarías cerradas salvo para casos excepcionales, se ha hecho notar en el balance anual. El mercado de compraventa de viviendas tocó fondo en mayo, cuando las transacciones se redujeron a más de la mitad con respecto al año anterior. Los números han mejorado estos últimos meses, pero no han alcanzado los de principios de 2020. En octubre se realizaron 37.600 compraventas, mientras que en febrero se superaban las 44.000.
Esta situación también afectó a la parte más tecnológica del sector, las compañías ‘proptech’. Al no poder cerrar operaciones, no han conseguido el crecimiento que esperaban en 2020. No obstante, sí que han podido cumplir con la mayoría de los hitos marcados gracias a su capacidad de innovación, que les ha permitido adaptarse mejor y más rápidamente al cambio de paradigma.
En la nueva normalidad, los vendedores de vivienda demandan servicios digitales que les permitan mantener el distanciamiento social. Los diferentes modelos de negocio dentro de las ‘proptech’ han sabido responder a sus necesidades y continuar ofreciendo sus servicios.
Empresas como Tiko , especializada en la compraventa de inmuebles y capaz de realizar en solo 24 horas una oferta de compra competitiva gracias a su tecnología de inteligencia artificial, han conseguido capear el temporal: “Quienes venían a nosotros antes, lo hacían por la comodidad y rapidez que les ofrecemos; ahora también lo hacen por la seguridad, ya que valoran el poder vender su casa sin entrar en contacto con otras personas” asegura Ana Villanueva, CEO Iberia de Tiko.
Otras ‘proptech’ han optado por aumentar sus servicios digitales, como la inmobiliaria online Housell, que ha incluido visitas virtuales a las viviendas o la posibilidad de firmar todos los documentos digitalmente. Su CEO, Guillermo Llibre, remarca que “la adopción de las tecnologías por parte de los propietarios se ha acelerado tras la primera ola”. Tanto es así que algunos de sus compradores incluso han dado una oferta de compra por una casa que no han llegado a visitar físicamente.
De la misma opinión es Rebeca Pérez, CEO de la plataforma de inversión inmobiliaria Inviertis, que asegura que “esta situación ha adelantado dos años de trabajo” en la digitalización del sector. En su caso, han continuado con su estrategia de colaborar con otras compañías del mundo inmobiliario, como empresas de seguros e hipotecas, para dar un servicio completo a sus usuarios.
La pandemia no solo ha creado la necesidad de evitar el contacto social por parte de los propietarios y compradores de vivienda, también ha cambiado sus preferencias. La demanda de casas en zonas rurales ha crecido exponencialmente, algo a lo que la plataforma de intermediación hipotecaria Prohipotecas supo adaptarse. “Hemos vivido ese cambio que ha traído el teletrabajo. El cliente ahora prioriza la comodidad frente a la proximidad” comenta su CCO, Silvia Escámez. Antes de la pandemia, operaban mayoritariamente en Barcelona y Madrid; ahora estas ciudades representan solo un 30% de su facturación ya que han ampliado sus servicios a más zonas.
En cuanto a los inversores, la información fiable y actualizada sobre el estado de los precios se ha vuelto más importante que nunca. La ‘proptech’ especializada en el análisis de datos, urbanData Analytics, ha notado especialmente esta creciente demanda de información para tomar las mejores decisiones en un mercado tan cambiante.
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