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El proyecto Sinfornia Verde está situado en la selva de Carate (Costa Rica) y ha sido desarrollado por la empresa de diseño Studio Saxe.
Sinfornia Verde Álvaro Fonseca

Un donut es, en definitiva, un bollo con un agujero en medio. Sin más. Y aún así, se han convertido en uno de los dulces más conocidos y consumidos del mundo. Quizás Homer Simpson ha tenido alguna cosa que ver en la difusión de este conocido dulce. Tan apreciado y prestigioso resulta, que incluso ha servido como inspiración para que algunos arquitectos lo tengan en cuenta en el diseño de algunos de sus proyectos.

El tejado tiene una forma hiperbólica que permite adaptarse a la lluvia, dirigiendo el agua por el lateral de la cubierta.
Cubierta hiperbólica Álvaro Fonseca

En algunos ejemplos se ven claramente, mientras que, en otros, se intuye de una manera más sutil. De este segundo grupo proviene el edificio del cual vamos a hablar cuya característica no solo se basa en la forma de un donut en el diseño, sino que se sitúa en un claro de la selva costarricense, en la localidad de Carate.

Tres conjuntos forman los espacios habitables los cuales están revestidos con cristal y pantallas de listones.
Espacios habitables Álvaro Fonseca

Un donut sobre pilotes

El proyecto, bautizado con el nombre de Sinfornia Verde, ha sido desarrollado por la empresa de diseño Studio Saxe y otra de sus curiosidades, más allá de su forma, es que el claro donde fue construido había sido creado por la caída de un gran árbol. En ese espacio, se levantó una casa de 400 metros cuadrados que busca aprovechar al máximo la luz del sol y del cielo, así como resaltar las distintas perspectivas de la selva tropical.

El perímetro de la casa está anillado mediante una pasarela protegida por una delicada barandilla.
Barandilla Álvaro Fonseca

La casa se ubica en las proximidades del Parque Nacional de Corcovado, conocido por albergar el 3% de la biodiversidad del planeta. Por esa razón, el equipo de diseño redujo la huella de la cimentación levantando la casa sobre pilotes. Además de ello, también se tuvo en cuenta el desnivel del terreno. Así, según las palabras del equipo, “un lado se alinea con el suelo del bosque, mientras que el otro se eleva por encima del suelo”.

En la parte superior, el tejado está desarrollado con una forma hiperbólica que permite adaptarse a la lluvia, dirigiendo el agua por el lateral de la cubierta hacia unos arroyos naturales. En la parte inferior, el techo está revestido de listones de madera colocados en sentido radial, desde el centro hasta el perímetro de la casa.

El tejado del donut está revestido con listones de madera colocados en sentido radial, desde el centro hasta el perímetro de la casa.
Como un donut Álvaro Fonseca

Bajo ellos es donde se conforma toda la vivienda, formando un anillo elevado sobre los pilotes. Las habitaciones, situadas de forma radial, también se han revestido con cristal y pantallas de listones, en consonancia con los listones del techo, permitiendo que el viento y el sonido selvático atraviesen la casa.

Se distinguen tres espacios habitables, llamados “cuñas” por los diseñadores. En una se ubican las dos habitaciones con baños individuales separadas por un ligero muro; en otra se encuentra el salón, el comedor y la cocina; y una tercera alberga un espacio que combina laboratorio y biblioteca.

Como anillo a la selva

El perímetro de la casa está anillado mediante una pasarela protegida por una delicada barandilla, interactuando con el entorno. Sin embargo, en el centro del óculo se ha colocado un santuario con el fin de combatir la oscuridad de la selva tropical. Como afirma el equipo: “con jaguares y monos aulladores en los alrededores, el patio central ofrece un espacio de calma en medio de un ecosistema indómito”.

La casa se encuentra en un espacio de difícil acceso, al que solo se puede llegar por un estrecho sendero. Por esa razón, los materiales fueron transportados por ríos o por sendas, y fueron montados en el lugar. Asimismo, los componentes prefabricados de acero fueron entregados en la estación seca y también se montaron a mano.

Sinfornia Verde debe su nombre a su autosuficiencia ya que “genera energía a través de un conjunto fotovoltaico y una turbina hidráulica en un arroyo cercano, que también suministra agua potable”. A toda eficiencia se suma una iluminación de bajo consumo y unos materiales de origen responsable, como la teca o el corcho.

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