
El negro es uno de los colores de moda para la arquitectura contemporánea. Se trata de un recurso estético que permite a las viviendas destacar visualmente y, a su vez, integrarse de manera armoniosa con su entorno, estrechando lazos con la naturaleza que las rodean. Por esa razón, el negro suele ser un tono que se emplea para proyectos ubicados en mitad de los bosques, ya que, absorbiendo la luz resalta la textura de los materiales mimetizándose perfectamente con los árboles.
Por ello, estos tonos oscuros han sido adoptados por proyectos situados en lugares boscosos alrededor del mundo. Uno de ellos es la Casa Jahten en Bali, cuyo uso del negro mate establece las características del negro, es decir, establecer una relación íntima entre el edificio y el paisaje y resaltar las vistas de la selva.

Dos volúmenes para enmarcar
La Casa Jahten, diseñada por el estudio local Senyum Design, está ubicada en el pintoresco pueblo costero de Kedungu en Bali, Indonesia. La casa está construida sobre un terreno de 3.200 m2 y está formada por dos grandes volúmenes conectados por un pasillo en rampa que atraviesa el paisaje ondulado. La propuesta de diseño se basa en la interacción con el entorno, utilizando un acabado de enlucido negro mate que permite que el edificio se mezcle con el oscuro follaje de la selva que lo rodea.
Según el estudio, "la disposición del proyecto fue una reacción al propio emplazamiento, con los dos volúmenes de la casa colocados cuidadosamente en el terreno en pendiente". Además, el enlucido negro, elegido específicamente por su capacidad para emular las texturas y colores del sistema de desfiladeros de roca del río cercano, hace que la casa se fusione con el entorno, creando un contraste delicado entre la arquitectura y la vegetación.

Fluidez entre espacios
El diseño de la Casa Jahten también pone énfasis en la fluidez entre los espacios interiores y exteriores. El camino de entrada, que atraviesa una zona de césped, guía a los visitantes hacia la zona principal de la casa, que incluye el salón, comedor, cocina, terraza y una piscina infinita con vistas impresionantes de la selva.

El pasillo en rampa conecta el volumen principal con un volumen más pequeño en el extremo de la parcela, que alberga dos dormitorios con baño. Este diseño en forma de L, junto con los muros de hormigón, permite una circulación fluida dentro de la vivienda, sin perder la sensación de apertura hacia el exterior.
Los elementos del diseño están cuidadosamente colocados para maximizar las vistas naturales. Como explica el estudio, "esta secuencia inicial para las personas que entran en la propiedad muestra el tamaño del terreno, la forma de la casa, y luego insinúa las vistas más allá". Al entrar en la casa, los visitantes se ven inmediatamente atraídos por la vista panorámica, un momento que, según el diseño, es "el más significativo".
Este enfoque de diseño resalta la importancia de las vistas y enmarca el paisaje como un "cuadro natural", lo que convierte el entorno en el elemento central de la experiencia habitable. Además, el diseño busca equilibrar la dualidad de luz y oscuridad, interior y exterior. Los suelos de hormigón, que se extienden desde las terrazas hacia el interior, permiten que los árboles existentes crezcan a través de huecos, estableciendo una conexión física y visual entre los espacios interiores y el entorno natural.

Finalmente, las terrazas semiexternas están revestidas con yeso negro mate, lo que mantiene la continuidad con el exterior, mientras que las salas de estar y los dormitorios se revisten con yeso blanco roto, creando un contraste que aporta calidez y comodidad a los espacios internos.



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