
En una excelente ubicación, justo en un lago bávaro con un embarcadero, los arquitectos de Appel de Zúrich han desarrollado un bonito proyecto que consiste en una vivienda de un profundo color negro, en la que “el espacio, la estructura y la vida familiar se expresan en una forma arquitectónica sencilla”. Desde el estudio consideran que en su trabajo se mezcla la escultura con la arquitectura, en una pieza que divide el espacio según sus funciones.
“Conceptualmente, se distingue entre habitaciones privadas y un generoso espacio libre para la vida familiar diaria. Las habitaciones privadas se apilan en una escultura de madera que define el espacio y abarcan una sala de estar fluida en el medio, en la que se puede desarrollar la vida comunitaria”, explican.
Para llevar a la práctica su idea, colocaron una escultura de madera negra, estrictamente geométrica, en el borde de un terraplén rocoso, entre viejos árboles, un jardín seminatural y la orilla del lago. Vista desde el lado largo, la escultura de madera consiste claramente en una fila de cinco cubos de dos pisos de tamaño similar. Sus cinco tejados a dos aguas se abren en abanico hacia la orilla. Grandes superficies de vidrio se alternan en el nivel superior y en el nivel inferior.

Lo que da a esta construcción ese halo de misterio que sus creadores quisieron conseguir, es el hecho de que comprende una escultura de cubos de madera con todas las habitaciones privadas ubicadas artísticamente dentro de ellos. Entre los cubos de madera, hay múltiples espacios abiertos, que permiten que la luz entre en la casa durante el día y la ilumine también en invierno. Los espacios abiertos también brindan hermosas vistas del jardín, las copas de los árboles y el lago. El techo de la casa tiene una forma más bien abanicada, que contrasta perfectamente con el terreno inclinado y le da un poco de versatilidad a los interiores.

Más allá de las formas geométricas, toda la configuración de la casa es bastante única y llamativa. La apertura de la estructura crea una suave conexión y coexistencia entre el hogar y el resto de la comunidad, brindando a los residentes la oportunidad de vivir en privacidad o salir e interactuar en una vida comunitaria. Las habitaciones privadas se han colocado alrededor de un espacio familiar, donde todos los residentes de la casa pueden reunirse y participar.
A pesar de sus dimensiones, la casa no destaca. Al contrario, se intentó que no resaltara para evitar un impacto visual en un paisaje natural como este, un objetivo que se logró, en parte, gracias al color, que logra confundirse entre la maleza. También por la ubicación, ya que se colocó hábilmente en una meseta sobre el lago, casi ocultándola.

Dado que se utilizó madera para construir la casa, también se puede considerar bastante sostenible. Al ser un recurso renovable, el uso de la madera reduce las emisiones de dióxido de carbono durante la construcción, así como la necesidad de energía primaria no renovable. El proceso de construcción incluyó un grado de prefabricación, lo que permitió que gran parte de la construcción se hiciera fuera del sitio. Conduce a tiempos de montaje más cortos y solo unos pocos viajes al sitio para el equipo de arquitectura. La casa funciona con energía de combustibles fósiles a través de bombas de calor de fuente de aire y tanques de almacenamiento.




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